lunes, 2 de mayo de 2011

Sueños interminables

Su rostro se nublaba y esbozaba sonrisas con una facilidad tan sorprendente como desconcertante. Ora se reía con tantas ganas que todo su cuerpo transmitía esa felicidad momentánea, ora la tristeza empañaba su mirada como si la esperanza se hubiera desvanecido para siempre. Ésta era su principal seña de identidad, la que había forjado de manera innata a lo largo de su vida. Aunque le gustaba esa frescura, esa sinceridad tan cristalina que transmitían sus emociones, a veces se dejaba llevar demasiado por la espiral de la melancolía y se perdía sin consuelo en un mar lleno de turbulencias e incertidumbres. Llevaba lentillas. Discretas pero siempre presentes. Con ellas veía el mundo con tal nitidez que a veces no comprendía la nebulosa que solía acompañar la vida de quienes le rodeaban. ¡Los colores eran muy simples! ¡Todos primarios! No había que dejarse engañar por los tonos turquesa, melocotón, berenjena... simplemente eran azules, naranjas o rojos, ¡qué importaba lo demás! La vida le parecía tan sencilla que todos solían burlarse de ella, diciendo que era una ingenua, que algún día se caería de la nube y se abriría la frente contra un muro. Él último que dijo eso aún se lamenta cada mañana de haber hecho un juicio tan superficial sin calibrar a fondo las consecuencias. Ahora no era feliz, no de la manera que soñaba, pero tenía los planes adecuados para conseguirlo. De repente, una mañana, enmedio de un tedioso encuentro de trabajo lo comprendió, crecer no significa abandonar los sueños, poner los pies en la tierra de una forma mortalmente aburrida. Crecer significa arriesgarse, no tener miedo a conseguir lo que uno sueña. Entonces lo supo. La pesadilla de una jaima con internet y una taza de té verde y humeante no era tal. Era la nítida expresión de un sueño: ser feliz; no una pesadilla interminable. Al darse cuenta de ello, cogió el bolígrafo y escribió: "querido (*), ya no puedo esperar más, preparo la mochila y te espero allí, no tardes".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dónde sale esta historia?

Nubenegra dijo...

jejejjeje, pues salir, lo que se dice salir, éste es el primer sitio en el que sale, pero tal vez no sea el último... ¿de dónde?... de una mañana soleada y con optimistas perspectivas de futuro, de soñar despierta...