domingo, 26 de junio de 2011

Como en España en ningún sitio

Si le preguntas a cualquier español cómo se vive aquí, ésta es la respuesta que obtendrás. No importa si ha vivido fuera del país o no pero el caso es que aunque viva plácidamente en el otro extremo del mundo te dirá: "sí, sí, esto es el paraíso, aguas vírgenes, solecito, todo más barato... pero echo en falta, la fiesta, las cervecitas con los amigos, es que como en España no se está en ningún sitio". Y es que somos expertos en ser los primeros en todo aquello en lo que gente con un par de dedos de frente no estaría orgullosa de pregonar pero es que ¡nosotros somos españoles! y tenemos más coraje que nadie. ¿Lo último? Una cadena de televisión española es pionera en la emisión de una serie de anuncios publicitarios en los que se promueve la infidelidad. Ya hemos pasado de las agencias de contactos para ligar entre solteros (se supone), ahora una empresa te facilita las infidelidades. A la carta. Y ahí estamos nosotros, los segundos por detrás de Australia en número de inscripciones, femeninas, por cierto. Y es que somos unos hipócritas de campeonato. Nos casamos por la Iglesia, sin creer en Dios pero nos rasgamos las vestiduras si alguien profesa otra religión "menos tolerante" y nosotros, que somos la leche de liberales y progres decimos que es ridículo tanto recato, que las mujeres tenemos el poder, que no vamos a dejar que ningún hombre nos pisotee y así estamos, actuando tan burdamente como el más primario de los "machos". Luego tenemos depresiones y no entendemos por qué hay tantos divorcios y nos lavamos las manos diciendo que el matrimonio es muy complicado, que lo mejor es que no haya papeles de por medio, que el divorcio te deja en la ruina y que lo mío es mío y punto. ¿Y nadie sabe de dónde surge la generación Ni-ni? ¿ni por qué hay suelto tanto Peter Pan? Está claro que cada vez nos dan más alergia las responsabilidades. Sean del tono que sean. Sólo nos faltaba una web que nos canalizase los cuernos. Y es que, en un país tan taurino como éste ¿podría haber algo más español? Es obvio que no.

viernes, 24 de junio de 2011

¿Dónde metemos a 7.000 millones?

Bajo este titular tan sujeto a interpretaciones, El País se hacía eco hace unos días del hecho de que estamos a punto de alcanzar los 7.000 millones de habitantes en el planeta y parece que la cifra no tiene visos de estancarse, al menos de momento. El reportaje se desarrolla tocando diversos aspectos como la organización de recursos o la arquitectura, porque claro, habrá que construir nuevas ciudades para acoger a una población que, previsiblemente, realizará un éxodo desde el campo para buscar nuevas oportunidades en el cosmopolita asfalto.

A mí no me da miedo el crecimiento poblacional, al menos no de la forma que el común de los mortales del Estado del bienestar lo percibe: "nos invaden ergo debemos hacerles la vida imposible para que se larguen a sus países y si allí se mueren de hambre o enfermedades... ojos que no ven, corazón que no siente". Yo no lo veo así, mi mente utópica cree que en el mundo hay sitio para todos y que, si trabajas duro, al final consigues lo que quieres pero bueno, en el fondo, sé que la meritocracia es la -cracia (fuerza, autoridad) más difícil de aplicar aunque la más justa de las que se me ocurren. Pero bueno, la cuestión no es esa, creo que el reto no es dónde metemos a 7.000 millones sino si seremos capaces de cambiar nuestras mentalidades porque es obvio que el ritmo que se lleva en Occidente, sólo se puede mantener a costa de los 4/5 de población a los que tenemos pisoteados pero cuando se den cuenta de que la unión hace la fuerza... entonces, nuestro injusto sistema tendrá que renovarse o morir. Por eso, lo que debemos plantearnos todos, no sólo la corrupta y oportunista clase política, es que no podemos seguir tal cual, que tiene que haber una distribución más justa de la riqueza, que vivimos con muchísimo más de lo que verdaderamente necesitamos, que ese vacío que puebla nuestros corazones no se llena con dinero sino con personas, con afectos, con vínculos y que, al final, vivir en sociedad y ayudar al prójimo, nos proporcionan muchísimos más beneficios que invertir en bolsa, tener un yate o irnos de vacaciones a La Riviera italiana. Así pues la pregunta sería: "Ante el reto de los 7.000 millones ¿solidaridad o autodestrucción?".

domingo, 19 de junio de 2011

Amor obnubilado

Estoy condenada a soñar eternamente con unos manjares que nunca me serán concedidos. Me aferro a lo inmaterial, a lo etéreo, a lo único que verdaderamente necesito y que constantemente se me escapa entre los dedos. Sólo te necesito a ti, oh Amor, pero tú, travieso chiquillo, juegas con mis ilusiones con la crueldad de quien contiene en sus manos el poder para cambiar el destino de cada corazón. Pero yo no soy como los otros, no merezco este desapasionamiento, ¿por qué me niegas aquello que concedes sin dudar a quienes menos reclaman tu presencia? ¡Oh Amor! Qué injusto eres! ¡Oh sentimiento aprisionador, captor de mis pensamientos! Si estoy condenada a no escapar de tu presencia, deja al menos, acampar a la inconsciencia. Que sólo el dulce sabor del olvido podrá liberarme del dolor de tu esencia. Si vas a escucharme por fin, déjame que te explique, como Benedetti, Lo que necesito de ti:


"No sabes como necesito tu voz;
necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios
!!! Ya no puedo... seguir así !!!
...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.
Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...
me estoy quemando;
aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aun !!!Te sigo extrañando!!! "

martes, 7 de junio de 2011

El descubrimiento de la poetisa

Navego sin rumbo fijo con las velas ondeando al viento, dejándome llevar por la corriente en una mañana de cielos semi cubiertos con el olor de la lluvia acechando. Me embarga una nostalgia infinita de un tiempo que aún está por llegar, que siquiera conozco aunque lo anhele con desesperación. Arribo a un puerto desconocido que, por un instante me hace olvidar mis emociones para sorprenderme por la belleza de una poesía que desconocía. Delmira Agustina murió asesinada a los 27 años pero aún tuvo tiempo de escribir maravillas como ésta, que lleva por título "La Musa":

"Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;
Con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;
En su boca una fruta perfumada y bermeja
Que destile más miel que los rubios panales.
A veces nos asalte un aguijón de abeja:
Una raptos feroces a gestos imperiales
Y sorprenda en su risa el dolor de una queja;
¡En sus manos asombren caricias y puñales!
Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,
Y sea águila, tigre, paloma en un instante.
Que el Universo quepa en sus ansias divinas;
Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,
Y una frente que erguida su corona reclame
De rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas!"