sábado, 17 de febrero de 2018

Free Tariq Ramadan

Hace ya 17 días que el profesor Tariq Ramadan fue detenido en París y, desde entonces, permanece encarcelado y sin posibilidad de mantener ningún tipo de contacto con su familia. La presunción de inocencia tirada por la ventana. De repente, hemos sabido que el profesor padece esclerosis múltiple desde hace 3 años y que no tiene acceso a su tratamiento médico en la cárcel, lo que, de prolongarse podría ocasionarle quién sabe qué consecuencias. Ha pedido su excarcelación al juez habida cuenta de su enfermedad, teniendo en cuenta que ni siquiera ha sido juzgado y el juez, ha decidido demorar su decisión una semana más. Mientras tanto, su mujer, siempre en un discreto segundo plano, ha concedido una entrevista en la que expresa su preocupación por la salud de su marido, por la falta de garantías de que vaya a recibir un tratamiento justo por parte de la Justicia francesa y mostrando su apoyo sin fisuras a un hombre "cuyo retrato facilitado por las denunciantes y los medios, no se corresponde en absoluto al hombre, al padre, al marido, al amigo que conocen sus allegados".




El caso de este gran erudito del Islam contemporáneo es un ejemplo claro de lo que Allah afirma en el Corán:


"Y tened por cierto que os pondremos a prueba con temor, hambre, pérdida de riqueza, personas y frutos. Pero anuncia buenas nuevas a los pacientes. Aquéllos que cuando les ocurre alguna desgracia dicen: "De Allah somos y a Él hemos de volver. Bendiciones de su Señor y misericordia se derramarán sobre ellos. Son los que están guiados" (Sura de la Vaca, 2: 155-157). 

"Os pondremos a prueba en lo que afecta a vuestras riquezas y personas. Y por cierto que oiréis mucho mal por parte de los que recibieron el Libro antes que vosotros y por parte de los asociadores; pero si sois pacientes y teméis (a Allah), eso es parte de las cosas para las que se requiere determinación" (Familia Imrán, 3: 186).


Son numerosos también los hadices del Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él, en los que se reconoce que aquellos siervos de Allah más queridos por Él, serán los que tengan que atravesar las pruebas más duras en esta Dunia:


De Abu Huraira, que Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él: "A quien Allah quiere bien, le envía una prueba (en su salud, dinero o seres queridos)" (recogido por Al Bujari).

De Anas, que Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él: "Cuando Allah quiere un bien para su siervo, le castiga por sus faltas en esta vida como prueba. Y si quiere un mal para él, lo deja para castigarlo en la otra vida hasta que pague por ella en el Día del Juicio. Continuó diciendo el Profeta, Allah le bendiga y le de paz: "La recompensa será del tamaño de la prueba. Y cuando Allah quiere a una gente, la pone a prueba. Pues contará a favor de quien la logre pasar con paciencia y contará en contra de quien se desespere y encolerice" (recogido por At Tirmidi).

De Abu Huraira, que Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él: "Si la desgracia (prueba) acompaña al creyente y la creyente en su salud, hijos y riqueza, llegará al encuentro con Allah sin que tenga que rendir cuenta de ninguna de sus faltas" (recogido por At Tirmidi).

jueves, 1 de febrero de 2018

Atentar contra el honor

A veces me da vergüenza ser mujer en Europa. Otras, pienso que cada cual responderá por sus actos y que eso a mi no me tiene que afectar ni avergonzar ni nada pero...
El asunto de Tariq Ramadan me entristece mucho. Sé que Allah le protegerá y hará que florezca la verdad pero él y su familia tienen que estar pasando unos momentos muy difíciles por mucho que sepan la verdad y confíen en que Dios es Todopoderoso. Porque, al final, también ellos viven en esta sociedad, ven la tele y tienen que aguantar miradas, comentarios y quién sabe qué más. Dice Allah en el Corán:

"Y los que ofenden a los creyentes y a las creyentes sin que lo que dicen sea cierto, habrán cargado con una calumnia y un delito indudable" (Sura de los Coligados, 33:58).

Una de las cosas que ha traído consigo la "liberación de la mujer" y el "feminismo" es la "discriminación positiva" es decir, ante la duda, la mujer. Y esto, en el ámbito judicial es más que palpable. Hoy en día, la presunción de inocencia no es más que un enunciado vacío de significado, al menos, en la esfera social y mediática. La justicia nada puede hacer por evitar el juicio y linchamiento, inocente o malintencionado, de quien es acusado de abusar o agredir a una mujer. Y eso no es correcto. Porque, por desgracia, hay muchas mujeres, por supuesto no todas ni tan siquiera una mayoría, pero sí algunas, que mienten cuando dicen que su pareja, su jefe o su vecino ha abusado de ellas. Muchas veces se trata de mentiras para obtener la custodia de los hijos, otros para obtener indemnizaciones y otras más, simplemente, por fastidiar. En el caso de Tariq Ramadan, está claro que el objetivo es minar su credibilidad y, por ende, infligir un duro golpe a los musulmanes europeos porque él es un erudito, una persona que, a pesar de los múltiples intentos de sus "enemigos" (como él les llama), nunca ha sido pillada en ningún renuncio, ni siquiera cuando le han acusado de tener un doble discurso. Así que tener a un intelectual musulmán paseándose por platós de televisión, dando conferencias por todo el mundo y clases en las universidades más prestigiosas (incluyendo Oxford, de la que se ha tomado una excedencia para solventar este asunto) y que sea un hombre practicante, que no se mueva por dinero, ni por fama, ni por nada mundano, que vaya por ahí educando a los musulmanes europeos es algo malo, muy malo. Y el poder no se puede permitir que, de repente, la gente empiece a ver las bondades de una religión que promueve la tolerancia, el conocimiento, que rechaza la usura, el consumismo, el hedonismo de nuestra sociedad. No vaya a ser que se conviertan todos en masa y empiecen a ser una sociedad informada y exigente. Mejor que sigan teniendo el estigma de terroristas, que sigan siendo musulmanes culturales, que se sientan una minoría incapaz de reunir la fuerza necesaria para reivindicar sus derechos.
Las dos mujeres que más han intentado dañar la imagen de Tariq Ramadan (una de ellas es la que ha dado la cara con la denuncia) no son más que marionetas al servicio de intereses oscuros y, sobre todo, personas de dudosa reputación moral que solo buscan sacar beneficio mediático y económico de esta situación. Según publican varios medios franceses, Henda Ayari intentó en 2013 extorsionar a un hombre proponiéndole relaciones sexuales y amenazándole con denunciarle por violación si no lo hacía. Esto dice muy poco en favor suyo, la verdad. Y en el caso de Caroline Fourest, bueno, ella es una periodista y escritora francesa que se ha hecho famosa a base de criticar a Tariq Ramadan y cuya carrera no existe al margen de sus continuos esfuerzos por aparecer en los medios "destapando su cara oculta".


La cuestión es que cuando se ha enfrentado en un plató a él, ha quedado más que manifiesto que todo lo que dice son tonterías sin fundamento y con el único afán de obtener notoriedad y atentar contra el honor del profesor.
Claro que habrá hombres poderosos y de aparente moral intachable que oculten hechos vergonzosos y delictivos pero también es cierto que es muy fácil que la justicia admita cualquier denuncia en esta materia y que, de pronto, la maquinaria mediática se ponga en marcha para arruinar tu imagen y tu carrera. Sinceramente no creo que el profesor Ramadan haya cometido tales atrocidades que incluyen no solo violaciones sino agresiones físicas pero es que la reputación de sus acusadoras es tan sospechosa que no me merecen ni la más mínima credibilidad. Estoy segura de que, al final, Allah hará que florezca la verdad y protegerá a este hombre que tanto bien está haciendo a los musulmanes de todo el mundo y, sobre todo, a los que viven en Occidente. Sin embargo, mientras ese momento llega, el mal trago lo tiene que pasar. Que Allah le de paciencia y paz de espíritu, profesor. In sha Allah todo se aclare todo muy pronto.