jueves, 27 de octubre de 2011

In Justicia



El Palacio de Justicia de Cataluña acogió el lunes un acto que, bajo el título "Igualdad en Europa: el principio de la no discriminación en la práctica jurídica", prometía ser interesante. Bajo la supervisión del presidente del Tribunal Superior de Justicia catalán, los tres ponentes desgranaron a lo largo de casi dos horas sus principales argumentos para afirmar con rotundidad que Europa ofrece las máximas garantías de igualdad de trato a todos sus ciudadanos, sin importar su origen, sexo, religión o raza. La teoría resultó realmente bella pero la práctica... Ninguna de las cuatro cuestiones que se abordaron desde el público fue contestada con precisión, limitándose a vagas referencias al hecho de que si Europa tiene normas que acotan la libre circulación de los inmigrantes por el espacio Schengen no es por discriminación sino por orden y protección. No entré con la idea de hacer ninguna pregunta pero reconozco que no lo pude evitar al escuchar a Luis María López Guerra, juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y ex secretario de Estado de Justicia entre 2004 y 2007, decir que: "hablamos de discriminación cuando nos encontramos con un trato diferencial ante un tercero en situaciones iguales".

Así que me lancé:

- Señor López Guerra, partiendo de la definición que nos ha dado de lo que es la discriminación y suponiendo que la falta de desarrollo de la Ley de Libertad Religiosa deja muchas lagunas en su aplicación, ¿podría explicarnos cómo es posible que distintos centros de enseñanza públicos reaccionen de diferente manera ante una niña que acude a la escuela con hiyab? Entran en choque dos derechos fundamentales: el derecho a la no discriminación por religión y el derecho a la educación. ¿Por qué debe un director escolar decidir al respecto? ¿Eso no le compete al Estado, como responsable de la enseñanza pública?

- Es una cuestión difícil la que me plantea y la verdad es que no tengo una postura clara al respecto. Si me pregunta a mí, yo soy más partidario de la casuística, de que se estudie cada caso, uno por uno, y que sea el centro quien valore la idoneidad o no de aceptar a esa chica con esa vestimenta. Tenga en cuenta que aquí entran en juego factores como la higiene o la peligrosidad, al hacer gimnasia, por ejemplo, y también cómo afecta este hecho a los demás alumnos, a los que también debemos proteger. Porque el que esa chica se identifique como musulmana conlleva, automáticamente, que los demás se identifiquen como no musulmanes.

Hmmmm, grandísimos argumentos los esgrimidos aquí. Ante semejante verborrea, ¿qué decir? Pues absolutamente nada. Me hubiera gustado decirle al caballero que si "invitamos" amablemente a la chica a abandonar el centro por otro en el que la acepten, indirectamente, la estamos discriminando al relegarla a centros de mayoría musulmana y convirtiéndolos, por tanto, en guetos educativos y fomentando, por tanto, la descohesión social ya que la convivencia entre musulmanes, cristianos, ateos, judíos, budistas y naturistas no será normal ni integradora. Además, ¿proteger a los demás? ¿de qué? ¿en qué molesta una chica musulmana al resto de compañeros? ¿acaso es un mal ejemplo a seguir? Todo lo contrario. Es probable que sea mejor compañera y alumna que la mayoría de los estudiantes.

No es un tema a debate en cuestión de indumentaria porque no se trata de una moda sino de una cuestión puramente religiosa y, por lo tanto, no entra dentro de los códigos de vestimenta.

Pero lo mejor es lo de que su identificación conlleva también la identificación de los demás. ¿Pero acaso no nos definimos constantemente? Los rubios recuerdan a los morenos que no lo son; los negros también saltan a la vista; los guapos no existirían si no hubiera feos... ¡Pero qué sarta de tonterías! Nuestros gestos, nuestro aspecto, nuestra ropa, nuestro físico, nuestro vocabulario, nuestras aficiones, nuestros amigos.... todo nos define y nos diferencia de los demás en tanto que nos iguala a otros así pues ¿dónde está el problema?

A veces me asusto de la gente que nos gobierna, de los que nos protegen, de los que velan por nosotros, porque como humanos que son también se dejan llevar por sus intereses ¿y eso no es discriminatorio? A partir de ahora sólo me relacionaré con los que sean exactamente iguales que yo...... es decir, conmigo misma.








martes, 25 de octubre de 2011

Mismos problemas, identidades enfrentadas

A veces, cuando menos te lo esperas, lees un artículo en el que alguien parece tener un poco de cordura, sin importar que sea judío y fuese criado en el seno de una familia sionista de cuyas ideas, con el paso del tiempo, se fue desvinculando.

"Por desgracia, los orígenes comunes de su grave situación económica no unirán a los pueblos de Israel, Egipto y Palestina. La mayoría de los egipcios rechazan la idea de que tienen algo en común con los israelíes. Puede que, aunque se muestren reacios a admitirlo, la gran mayoría de los israelíes que ocupa el bulevar Rothschild sepa que el excesivo coste del proyecto de los asentamientos subvencionado por el gobierno en Cisjordania y Jerusalén Este agrava sus problemas económicos. Y no se plantearon la posibilidad de pedir una disminución del presupuesto militar porque, como muchos israelíes, creen que su existencia se encuentra eternamente amenazada. Por consiguiente, puede pasar mucho tiempo antes de que convenzan u obliguen a un número significativo de israelíes a abandonar su proyecto de asentamiento colonial y compartan la tierra entre el río Jordán y el mar Mediterráneo con los palestinos sobre una base de igualdad. Es más probable que los palestinos, especialmente los ciudadanos árabes que constituyen el 20% de la población israelí, se den cuenta de que su futuro está vinculado al de los judíos israelíes, cualquiera que sea la forma política que éste pueda adoptar".



Joel Beinin (prof. Historia de Oriente Medio, Univ. de Stanford)

Revista Afkar/Ideas

(Imagen: htttp://voces.genteenred.com)

lunes, 24 de octubre de 2011

Últimas noticias

Me despisto un momento y saltan a primera plana noticias de las que me entero casi de rebote, esto de estar al otro lado del mostrador, vendiendo noticias, no es lo mío. Al enterarme del "presunto" alto el fuego de ETA, lo primero que pensé, fue: "me lo he perdido". Cuando el 11-M, estaba desayunando para ir a la radio; el 11-S me había pillado, tres años antes, a punto de iniciar el programa deportivo local; el gran salto a la valla de Ceuta, el último masivo desde hace seis años, me pilló allí, con las maletas aún por deshacer y sin casa propia; la liberación de Ortega Lara y el brutal asesinato con cuenta atrás de Miguel Ángel Blanco me pillaron preparándome para ser periodista. Ya la muerte de Bin Laden la viví en la trastienda, como tantos otros españoles, enterándote sólo de lo que pasaba por la tele y tratando de bucear entre la ingente cantidad de información que no hacía más que confundir a quién buscase la verdad pero lo de ETA y Gadafi... eso me pilló en la escuela de idiomas, sin comprar el periódico, sin escuchar la radio, viviendo el antiperiodismo.

No me creo nada. Pero, al menos, si estuviese ahí, tal vez podría aportar algo, pero desde la barrera, desde la barrera sólo puedo mirar y me aburro. Lo de ETA hay que cogerlo con pinzas, ojalá sea cierto pero... ¿qué ha cambiado con el anuncio? Seguimos como estábamos porque, por fortuna, estaban ya debilitados como para atentar semanalmente como antaño. ¿Por qué no entregan las armas? ¿Por qué el comunicado lo hicieron encapuchados? ¿Qué pasará si no hay acercamiento de presos? Demasiadas incógnitas como para lanzar las campanas al vuelo. Sobre Gadafi... supongo que no podía esperarse otro final, que después de tantos años de terror no podía esperarle una muerte más digna pero... ¿Qué pasará ahora con Libia?

Ayer, en una proyección bastante interesante de un documental egipcio, una tunecina alzó la mano para expresar su temor de que los islamistas llegaran al poder, como parece que ha sido tras las elecciones. Aguanté cinco minutos de soliloquio pero terminé marchándome, no me gusta el exceso de politización ni la demagogia barata, ni la demonización de los islamistas, como si la gente fuese a vivir bajo una dictadura similar a la que justo acaban de derrocar. Habrá que darles un voto de confianza ¿no? Al fin y al cabo, los laicistas pro-occidentales han demostrado ser unos tiranos, ¿no pueden acaso pensar que tal vez sigan los pasos de Turquía?

sábado, 1 de octubre de 2011

Revolución de otoño

Está claro: el que quiera peces... Nadie va a venir a sacarte las castañas del fuego, ni jefes, ni compañeros, ni sindicalistas. Nadie. Cuando el diálogo no sirve ¿qué te queda?
Madrid. Finales de septiembre. Mi departamento organiza una jornada de hermandad para implicarnos en los nuevos proyectos de calidad y bla, bla, bla. Tonterías. En eso se va el dinero público. Todos nos las prometíamos igual: jornada de aburrimiento, paliza de viaje, pérdida de tiempo. Lo único interesante era la encuesta de clima laboral. Sospechosamente, el único aspecto por el que pasaron de puntillas y como con prisa. Medio centenar de personas y nadie levanta la mano. Me aclaro la voz y comienzo: "si no lo digo reviento". Y vaya si lo dije. Para no reventar. El jefazo me miró impertérrito, como un soldado curtido en mil batallas, me dio la razón, dijo que si había mal ambiente o falta de comunicación no era asunto sólo de los jefes y me propuso como solución: ¡un buzón de sugerencias! ¿buzón de sugerencias? ¿para esta bobada le pagan un pastizal? Desde luego, como se nota que el dinero público no le duele a nadie. Unos malgastando y otros haciendo recortes en Sanidad, Justicia y Asuntos Sociales. ¡Mierda de políticos!
Lo he intentado por las buenas pero parece que no trato con el foro adecuado así que tendré que ponerme a su nivel, muy a mi pesar. Les daré cuartelillo hasta las elecciones. No porque tengan nada sobre lo que reflexionar, sino más bien porque necesito coger aire para la que se avecina, porque van a caer chuzos de punta pero estoy harta de que me ninguneen y me pisoteen los derechos. Además, será un buen momento para buscar nuevos apoyos pues con el más que probable cambio de Gobierno, el inagotable talento del ingeniero del buzón de sugerencias se irá por el sumidero. Entonces, me tocará remangarme y hacer uso de todos los derechos a mi alcance y si hay que recurrir a los inútiles de los sindicalistas pues.... ¿qué es lo peor que me puede pasar? ¿que me traten como a un florero? Ahora soy un cactus así que no notaría mucho la diferencia pero como nadie va a mirar por mi ni me va a agradecer el esfuerzo ni va a enmendar sus errores porque todo lo hace bien pues.... ¡Comienza la guerra! ¡A batallar por mis derechos! Ni indignados ni gaitas, la revolución empieza desde abajo, en el entorno más cercano y la mía, empezará el 20 N.