martes, 9 de agosto de 2011

El Corán y las mujeres (La vestimenta)

En cuanto a la vestimenta, se establece que ambos deben ser recatados, en el actuar y en el vestir, si bien se recuerda que las mujeres son seres más frágiles y sus atractivos deben permanecer ocultos a la vista de los hombres que no sean sus maridos o de su familia. A ver, que este punto es polémico. Si lo vemos desde una perspectiva feminista occidental, más de una puede echarme a los leones pero vayamos por partes. Lo de la fragilidad es evidente: somos más sensibles y con menor fortaleza física. Que es injusto, tal vez. Pero la realidad es que a una mujer se la puede herir con facilidad con según qué palabras (por eso el Corán recuerda que hay que ser cariñosos unos con otros y que no se debe ser brusco con las mujeres) y somos las únicas a las que se puede violar, entre otras cosas, porque hasta el hombre más enclenque suele tener más fuerza que una mujer. Es por ello, que nos pongamos como nos pongamos, no somos exactamente iguales. No en cuanto a derechos o deberes civiles, pero sí en cuanto a constitución física, psíquica y roles en la familia o, incluso, en la sociedad. Por estos motivos, pensando muchas veces en la protección de las mujeres, se las invita al recato en el vestir para que no sean consideradas un objeto y sean valoradas por su intelecto o por su personalidad y para que, se reserven lo mejor de sí mismas, físicamente hablando, para sus maridos. A ver, si queremos verlo desde una perspectiva feminista en plan “nosotras parimos nosotras decidimos” pues habrá quien diga que estoy chalada pero ahora mismo, las mujeres no somos sino objetos de deseo, muy a mi pesar. ¿En qué se traduce? En la forma de hablar de los chicos: “mira que tía más buena”, “ a ésa la echaba yo un buen ....”, etc, etc. En los trabajos, sobre todo si son cualificados, se contrata a las guapas (basta con ver la tele: Helena Resano vs Pedro Piqueras; Sara Carbonero vs Patxi Alonso; Susana Griso vs Matías Prats....) sobre las feas, aunque éstas estén más cualificadas. En los ambientes laborales donde abundan los hombres, te meriendan con la mirada, no siempre te miran a los ojos cuando te hablan y ni siquiera esperan que sepas sumar. Al menos es mi experiencia, aunque esto obviamente no sucede en todos los casos. Estamos acostumbrados a ver los tatuajes de todo el mundo, hasta los más recónditos; la ropa interior de todo el mundo; lo único que importa es exhibirnos pero el hecho es que entre los hombres, a pesar de que son libres e iguales a nosotras, sólo van de esa guisa los ni-nis poligoneros o los gays que deciden pregonar su condición a los cuatro vientos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de "descubrir" este blog y auguro una tarde lectura interesante.
En cuanto al topic de hoy hay varios puntos que quiero comentar:
Lo primero, evidemente, las mujeres no somos iguales que los hombres, ni físicamente ni intelectualmente. OJO que nadie se me asuste! que no estoy diciendo que uno sea más o menso que el otro, sino que científicamente se ha demostrado que no tenemos el mismo proceso mental ni de desarrollo intelectual (las mujeres maduran antes que decía mi abuela).
Hasta ahí todos de acuerdo.
Pero ahora bien, creo que en lo de la vestimenta no estamos de cuerdo, me explico, lo primero de todo es que tanto la Biblia ( judía y la cristiana) como el Corán son libros escritos en un tiempo concreto para un público concreto.
Que sí, que se escribieron a lo largo de muchos años tras otros tantos (o más)de tradición oral...Pero durante siglos se ha evolucionado más bien poco: las personas eran un objeto dependiente del señor de turno (el que les alquilara las tierras, el señor de la zona etc) ..leñe no podemos olvidar el derecho de pernada ( especificamente para las doncellas en su noche de bodas) que aunque realemnte luego el número de jovencitas que pasaban por la cama del señor era insignificamente SÍ se debía abonar en metálico una cantidad (no demasiado excesiva)que compesara ese derecho. HUMILLACIÖN Y SUMISIÓN de libro.
Y el Corán y la Biblia estaban principalemnten orientados a una población que mayoritariamente ni sabía leer ni escribir, vamos que pasterear y cultivar nabos era su misión de cada día.

Ahora las cosas han cambiado: Que quieren que se valore a la mujer por sí misma y no por lo que enseñen' de acuerdo siempre y cuando ella pueda libremente vestirse como le de la gana, que a lo mejor me apetece que me valoren el intelecto en el trabajo pero cuando salgo de marcha mi cociente intelectual no creo que sea lo que mas interese....

El hecho de que se me diga ( desde una religión u otra, me da igual) que me vista de una u otra manera para que no me tomen por un putón es como justificar al violador porque la víctima llevaba minifalda.

Además las violaciones a hombres son perfectamente posibles y "muy" numerosas el problema es que si una mujer se siente avergonzada y sucia tras uan agresión sexual, el sentimiento de un hombre es de tal confusión y aborrecimiento de sí mismo ( una mujer no lo puede evitar, es más débil pero yo...yo me he dejado)y son incapaces de denunciarlo.

Nubenegra dijo...

Me alegra que la lectura te resulte interesante pero debe hacer alguna puntualización a tu comentario. No es que el Corán se haya escrito para un momento concreto de la historia. Si tomamos como punto de partida que hablamos de un libro revelado, que es la palabra de Dios. Es absolutamente incompatible con la definición de Dios, el hecho de que el mensaje caduque. Sin embargo, sí es cierto, que la interpretación de las distintas aleyas que conforman el Corán varía a la luz de la época en que vivimos. Pero su vigencia sigue siendo la misma. Ésa es la principal diferencia con la Biblia que, a lo largo de la historia no sólo ha sido modificada con las sucesivas traducciones (ya casi nadie habla arameo), sino que la propia Iglesia ha ido desacreditando y "modernizando" el mensaje divino. Algo que no me entra en la cabeza si hablamos de la palabra de Dios. Por otro lado, nadie obliga a las mujeres a hacer nada. Quien decide seguir esta religión acata sus normas en función de su capacidad, de su fe, de su fuerza, etc. Es por ello que encuentras musulmanas de toda índole y aspecto en las calles de todo el mundo. No todas visten igual, unas llevan hiyab y otras no, etc.
Lamento decirte que no me ha gustado el comentario de que "cuando salgo de marcha mi cociente intelectual no creo que sea lo que más interese" porque parece que estás de acuerdo en que salir de fiesta no es más que salir al mercado del sexo. Respeto que coincidas con la cultura de la discoteca y los bares pero te diré que eso era precisamente lo que más rabia me daba cuando salía con mis amigas a tomar algo. Los chicos se acercaban siempre con la misma intención y estaba claro que ese entorno no era el adecuado para conocer a nadie. Tal vez me digas que tú sólo sales a pasar el rato y si surge algo bien. O que muchas parejas han comenzado a raíz de una noche de fiesta. Lo sé. Pero eso es algo que a mi siempre me dio mucha rabia.