martes, 9 de agosto de 2011

El Corán y las mujeres (¿discriminación?)

Al principio, aunque quedaba con algunas mujeres de vez en cuando, pensaba que era imposible que una mujer española, criada aquí, con toda esa libertad que las feministas se empeñan en recordar que se ha conseguido con tanta sangre y sudor, pudiera convertirse en musulmana y, a la vez, estar en plena posesión de sus facultades. Pensaba, incluso, que eso tenía que ser porque no tenían estudios o no habían salido nunca de casa, o eran feas, ¡menudas razones! Sin embargo, poco a poco fui planteándome la posibilidad de que yo fuera la equivocada. El Corán, de veras recomiendo su lectura, siquiera a modo de investigación, es un libro sagrado que comparte en esencia los principios de la Biblia con un lenguaje que, a mi juicio, es menos agresivo que el del Antiguo Testamento, que me parece de todo menos lleno de amor. En él, se recogen, a mi juicio, muchos aspectos que son comunes a las demás religiones, sólo que los creyentes de las otras se han relajado en su práctica y los musulmanes no. Al contrario de lo que se piensa, en ninguna parte del Corán se discrimina a las mujeres tal y como afirman sin sonrojarse los medios de comunicación. Ni poco ni mucho ni nada. Ambos irán al Paraíso o arderán en el Fuego eterno y serán juzgados conforme a sus actos el día del Juicio Final. No importando lo que sus hijos, hermanos, padres o cualquier otro familiar hagan. Cada uno pagará o será recompensado sólo por lo que haga. Obviamente, tanto unos como otros tienen todo el derecho a trabajar fuera del hogar si bien muchas mujeres eligen quedarse en casa. De hecho, la primera mujer del Profeta Mahoma, Jadiya, era una importante comerciante de la época y nadie llevaba sus asuntos salvo ella. Las únicas diferencias, que no discriminaciones, se establecen en dos puntos: la herencia y la vestimenta. La herencia establece que la mujer recibe una parte menor que el hombre (no recuerdo la proporción) por una única razón: mientras que el hombre está obligado a mantener a su familia, la mujer puede disponer de su dinero como quiera y su sustento debe estar garantizado o bien por el padre o bien por el marido. Veamos esto en términos no extremistas, por favor. Obviamente, puede trabajar y mantenerse ella sola al igual que en España. Sólo que, en términos de reparto de herencias, se trata de proteger a los cabezas de familia, que tienen que alimentar a más bocas y son responsables de más personas mientras que las mujeres no tienen esa obligación y ni siquiera sus maridos pueden obligarlas a compartir ese dinero si no quieren, aunque machistas pueda haber como en todas partes. Nótese que, normalmente, las mujeres musulmanas no viven solas sino que forman parte de grandes familias y no es común que permanezcan solteras.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El Islám acepta la Torá tanto como el Cristianismo, Moises es el mismo para los dos.
Y no olvides que el verdadero Dios del amor es Cristo, adorado también por los musulmanes como profeta.

Nubenegra dijo...

Sin duda alguna el Islam reconoce los libros sagrados de cristianos y judíos aunque considera que la versión de la Biblia que nos ha llegado no es la misma revelada por Dios. No sólo Moisés, sino Adán y Eva (ambos fueron los culpables de comer la manzana, no sólo ella), Noé, José, Jacob, Isaac y tantos otros mensajeros son comunes a las tres religiones, no en vano son abrahámicas. Sobre lo de Cristo.... Ahí es donde a mí siempre me patinó el catolicismo. Nunca entendí que Dios fuera padre, hijo y espíritu santo. El Islam dice que Dios es único, que no ha sido engendrado y que no ha engendrado. Los musulmanes no lo adoran, al igual que tampoco adoran a Mahoma ni a nadie excepto a Dios. Ahí es donde radica la diferencia. La Biblia dice que no hay que asociar nada a Dios y, que yo sepa, Jesús jamás dijo que fuera el mismísimo Dios y yo creo que cuando dice que es el Hijo de Dios, o el Hijo del Hombre, habla en sentido figurado. Creer que Jesús es Dios es asociar a Dios algo, del mismo modo que no se deberían venerar los santos ni hacer imágenes de Dios ni de los profetas. Y eso aparece en el Antiguo Testamento. Literalmente. Revíselo. Además, para los musulmanes Jesús es el único mensajero de Dios que no murió, sino que fue elevado a los cielos y él será el que regrese a la Tierra para anunciar el Día del Juicio Final. Sobre que el Dios del amor es Cristo... lamento discrepar porque, para empezar, judíos, cristianos y musulmanes adoran a un único Dios y no tiene más nombre que ése: Dios. Yo no he dicho que el Dios bíblico sea malo, he dicho que el Corán me transmite un mensaje de amor que no percibo en el Antiguo Testamento donde se habla de un Dios colérico y amenazante. Pero no deja de ser una visión de Dios, del mismo que compartimos las tres religiones monoteístas.

Anónimo dijo...

Desde un punto de vista objetivo el verdadero Dios del amor es Cristo, pero no tomes la palabra DIOS en sentido literal. Los mensajes de DIOS con mayúsculas cambian según el iluminado que afirma hablar diréctamente con él. De entre todos ellos sólo Cristo habló de poner la otra mejilla.

Mahoma era un guerrero, no lo olvides.

Nubenegra dijo...

Entiendo lo que dices pero sigo sin estar de acuerdo. Creo que el Corán es un libro que rebosa amor por los cuatro costados. Sinceramente, no creo que el mensaje difiera demasiado en los tres libros sagrados aunque sí la forma de exponerlo y, desde luego, la manera en que sus fieles han seguido los principios establecidos. También la Biblia habla de vestimenta, de alimentación, de la usura, de la prohibición de asociar nada a Dios y ¡qué decir de los judíos ortodoxos! Creo que la época en que vivió Mahoma fue complicada desde una perspectiva histórica y tuvo que tomar las armas para defender, por un lado, a los que decidieron abandonar el politeísmo existente para abrazar la nueva fe revelada y, por otro, para sacar de la Kaaba a todos aquellos que se habían instalado en el lugar sagrado para hacer de todo menos rezarle a Dios según las enseñanzas de Abraham, que fue el primero en establecerse allí. Sin embargo, si lees los hadices del Profeta, no se hace llamamiento alguno a la violencia, no se impuso la religión a nadie y se habla de la famosa yihad como un mecanismo de defensa ante una agresión.

Anónimo dijo...

Es que no puedes comparar el Corán con el Nuevo Testamento de ninguna manera. En uno se habla de yihad como un mecanismo de defensa ante una agresión, en el otro se habla de poner la otra mejilla.

Me parece bien que quieras ver lo positivo de una religión, pero esto es posible con todas ellas. Si nos ceñimos a las escrituras, lo cierto es que el único que no contempló la violencia como una solución para absolutamente nada fue Jesús, el verdadero Dios (en el sentido más prosaico) del amor.

Nubenegra dijo...

Nunca he dicho que el cristianismo o el judaísmo no tengan cosas buenas, todo lo contrario, transmiten los mismos valores porque la fuente es el mismo Creador. La cuestión es, hasta qué punto, dichas religiones han sido alteradas en función de intereses humanos. Lo único que he querido transmitir es mi propia experiencia, las lagunas que yo encontré en el catolicismo, esos dogmas de fe que no entendía y que el Islam no tiene.