martes, 1 de marzo de 2011

La culpa la tiene Bin Laden

www.publico.es
Lo de Libia empieza a tomar tintes de locura más que serios. Gadafi sale hoy en televisión diciendo que no va a marcharse a ningún sitio porque el pueblo le quiere y le respalda, será aquella parte a la que paga para matar a sus compatriotas, aquellos que no han muerto bajo las armas de los mercenarios traidos de los países situados más al sur. Dice que no está en guerra con su pueblo sino con Al Qaeda, ese gran fantasma internacional del que todos echan mano para justificar lo injustificable. Mientras, los EEUU de Obama se arman hasta los dientes por si tienen que entrar por la fuerza en el país. Mi mentalidad occidental más que envenenada por Hollywood tiende a pensar que si eso sucede será porque los yankis quieren ayudar al pueblo, como el vecino que sale en tu defensa cuando una panda de desconocidos te apalea en plena calle. Sin embargo, la visión de Aaster Iskoh, mucho más clara y resistente al virus de las barras y estrellas, es que dicha entrada en escena sería acogida por los libios como un ataque del exterior y todos los que ahora claman por la marcha del excéntrico dictador, cerrarían filas con él. Supongo que esa perspectiva se ajusta más a la realidad. Si no, los últimos "éxitos" de los "aliados" sirven como claro ejemplo: Afganistán e Iraq. Ojalá Gadafi no tense la cuerda más de la cuenta, ojalá desaparezca, ojalá Libia pueda iniciar su propio horizonte democrático sin la injerencia externa, sin pagar con una sola vida más.

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