lunes, 16 de noviembre de 2009

Guerra en el mar

"Aquí en el Índico, y en el Pacífico, no hay permisos. Hay pesca y nosotros venimos aquí por ello y punto". Así explicaba un pescador atracado en las Islas Seychelles el porqué de esa "invasión" de atuneros españoles en unas tierras tan alejadas de casa como las que circundan Somalia, en el Golfo de Adén. Si te quedas sólo con las palabras piensas: "pobrecillos, lo que tienen que sufrir con estos locos piratas, ellos, que sólo quieren alimentar a su familia y vender atún". Pero, claro, ¿y si vamos más allá? ¿y si tenemos en cuenta que se trata de un país en guerra civil continua? Sin Gobierno, sin orden. Entonces, tal vez la piratería no sea tan terrible. Tal vez no sea más que una dramática forma de sobrevivir, de defender lo suyo puesto que no hay unas autoridades que establezcan esos límites, que soliciten esos permisos, que controlen la pesca para que no se sequen los caladeros. Los marroquíes bien que se encargan de controlar esas 12 millas para que nadie invada sus aguas interiores y no nos quejamos por ello, nos parece normal. ¿Por qué entonces no respetamos a Somalia? ¡Ah, claro! El Tercer Mundo. Lejos de tratar de establecer acuerdos ahora ponemos a ex militares a bordo de nuestros pesqueros -esos mismos que arrían la bandera española cuando entran en aguas internacionales- y les permitimos disparar a esos piratas si intentan atacar a los nuestros. ¿Alguien se ha parado a pensar en las consecuencias de ésta decisión? No estamos en una misión humanitaria ni tampoco en tiempo de guerra. Por el momento. ¿Qué pasará cuándo se mate al primer pirata somalí? ¿Tendremos atentados en España? ¿Le echaremos la culpa a Al Qaeda? ¿Y si comienza una guerra en el mar? Una vez más, reacción sin previsión. Pronto veremos las consecuencias.

1 comentario:

Nubenegra dijo...

Pues nada, por lo pronto, crisis solucionada. La pesquera, claro, porque la económica engorda por momentos gracias a estos pagos imprevistos. Y todo por meternos hasta en las pozas (por la pesca y por la Justicia), porque en casa no tenemos bastante con lo que tenemos. A ver si se me ocurre alguna locura que suponga mi rescate en el extranjero y yo también chupo del bote.