jueves, 1 de marzo de 2012

La guerra que viene

Prefiero no encender la tele. Lo que veo cada día no es más que un constante allanamiento del terreno para preparar psicológicamente a la población para lo que se avecina, la guerra con Irán. El enemigo persa ataca nuestros intereses, o eso nos dicen, y tenemos que prepararnos para lo peor. ¿Será ese el motivo por el que Grecia gasta su dinero en armamento? En los últimos años, la sombra oscura del régimen de los ayatolás ha ido creciendo sobre nuestras cabezas con un único fin: justificar un eventual ataque de Israel para defendernos de una presunta amenaza nuclear que llevaría a la absoluta destrucción de Occidente.
Sin embargo, esto me huele a cuerno quemado. En 1993, la prensa española ya publicaba que Argelia tendría armas nucleares para 1998. No sé qué calado tuvo esa noticia en el imaginario de la población pero cuesta creer que un país sumido en una profunda crisis política, que derivó en una cruenta guerra civil, pudiera pensar en otra cosa que no fuera acabar con el terrorismo. Parece que la historia demostró que esas informaciones eran totalmente falsas ya que, no sólo no aparecen ahora en la lista de enemigos internacionales sino que, tras solventar el terrorismo, dedicaron sus esfuerzos a la prosperidad de un país hacia el que hoy miran con esperanza los ingenieros españoles, afectados por una crisis que se antoja interminable.
Estoy segura de que Irán no es sino un "malo" que hemos creado a medida aunque es posible que sí tengan algo de armamento nuclear, algo totalmente lógico si tienen a la vuelta de la esquina a un vecino tan poco respetuoso con los derechos ajenos como es Israel quien, además, es el primero en ocultar el número de cabezas nucleares que posee. Pero ¿quién les eligió como policías? A mi nadie me preguntó. Sin embargo, no importa lo que yo piense, parece que el destino de Irán está más que decidido aunque éste no sea un pequeño país que se pliegue fácilmente a las presiones occidentales.
Si fuéramos responsables de nuestros actos, hubieran rodado cabezas al no encontrarse armas de destrucción masiva en Irak o al ver lo que hizo Israel con el fósforo blanco en Gaza pero... eso sería en un mundo perfecto y no es éste.
¿Qué pasará? Es posible que entremos en guerra. Es posible que ahoguemos a Irán y que el pueblo persa se levante en armas para defenderse del imperialismo occidental y nos veamos inmersos en otra larga guerra que garantice la fabricación de armamento para esta década. O, simplemente, puede que ocurra un milagro, dejemos de mirarnos el ombligo y dejemos de consentirle a Israel que obligue al resto del mundo a rendirle pleitesía.

2 comentarios:

Mario dijo...

Este tema es para hablar largo y tendido. Pese a que ya se haya hablado de ello hasta la saciedad y pese a que mucha gente opine lo mismo que tú has opinado aqui.

Por desgracia lo mismo que España mira hacia oriente para colocar a sus ingernieros EE.UU. mira a oriente para colocar su industria armamentística, la cual debe contribuir mucho a su economía.

En fin ya charlaremos un día de esto y otras cosas. Mario.

Nubenegra dijo...

¿Y no estás de acuerdo?
Ya sé que la industria armamentística en EEUU, y en todo el mundo, es una de las más potentes pero... no sé, me da tanta pena que lo único que importe sea la pasta...