miércoles, 28 de marzo de 2012

La cruda realidad



Inserto el final a modo de resumen porque empiezo a estar cansada de tanta manipulación, de gritar en medio del silencio, de sentir que no hay nada que hacer en esta vida y que lo único que me queda es seguir mi camino y esperar mi recompensa el Día del Juicio.

El descubrimiento de este documental coincidió en el tiempo con el asesinato, la semana pasada, del presunto yihadista Mohamed Merah. Las televisiones de medio mundo (el civilizado, el occidental, el único auténtico) inundaron nuestras pantallas con las imágenes de los funerales del rabino y los tres niños asesinados en la escuela, sólo unos días después del asesinato de 3 soldados franceses, llevados a cabo -o eso nos cuentan- por este mismo muchacho. Parece que un adulto y tres niños valen más que tres soldados del Ejército francés, ¿no se trata de una cuestión religiosa, cierto? Estoy segura de que no, los últimos, aunque enterrados en Israel, eran franceses, los militares, aunque jurasen defender la bandera de Francia, eran magrebíes, y el presunto asesino, como es terrorista, es más argelino que francés. ¡Qué asco!

Ya está bien de tanta manipulación, ahora resulta que Al Qaeda, la organización ficticia más poderosa del mundo (ya lo decía Goebbles, "una mentira repetida mil veces se transforma en verdad") va subiendo de estatus y ¡hasta tiene bibliotecarios! Qué será lo próximo, ¿Premios Nobel? El presunto huele a confidente de la policía, como los que pagaron el pato de Atocha pero no queremos verlo. Es más fácil pensar que nuestra súper policía es capaz de descubrir a un asesino desconocido por comprar una moto en internet aunque luego haya decenas de niños raptados o asesinados por familia y amigos que siguen desaparecidos durante años. Ya se sabe que un delito cometido en caliente es más fácil de planificar que uno cometido a sangre fría.... será que a los polis les entrenan en el Polo Norte y son incapaces de encontrar a Marta del Castillo pero pueden perseguir a Bin Laden durante diez años por el monte y encontrarlo sin GPS. ¿Para qué queremos a Superman? Nuestras calles están llenas de superhéroes. ¡Qué alivio!

El documental pretende abrirnos los ojos sobre eso. Trata de enseñarnos hasta qué punto Israel gobierna el mundo, hasta qué punto el sionismo nos ha implantado su versión de los hechos en la cabeza y ha conseguido alienar a los palestinos como números ajenos que nada tienen de humanos. Nadie consentiría que ocupasen su casa porque sí pero los palestinos, que se defienden con palos y piedras, son terroristas por defenderse. Los niños sufren unas secuelas psicológicas aún más graves que una guerra civil porque la asfixia es absoluta. Pero Israel tiene que defenderse de estos islamistas, de estos árabes fanáticos que se inmolan para alcanzar el paraíso y a los que hay que aplastar con tanques y misiles. Es la historia de siempre, tú me pegas un bofetón y yo te parto las piernas con un bate de béisbol. Todo muy racional y muy consecuente. En el vídeo, queda todo claro, para quien tenga una mente abierta y deje los prejuicios de lado: los palestinos no se inmolan por Allah, se inmolan por su familia, porque no tienen casas, porque no tienen comida, porque no hay medicinas, porque están desesperados, porque Israel les asfixia a pesar de ser los invasores y cuando la desesperación llama a tu puerta, todo lo demás sale por la ventana. No piensan en ganar el paraíso, piensan en matar a cuantos más judíos mejor para intentar que sus hijos hereden una tierra de la que llevan expulsándoles más de 50 años.

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