jueves, 13 de enero de 2011

La revuelta del Magreb

Dice mi profe de árabe, tunecino, que lo de las revueltas en su país y en Argelia no afecta para nada al turismo, que esa recomendación del Ministerio de Asuntos Exteriores para no viajar allí es absurda porque no se trata de una guerra sino de un movimiento civil espontáneo. "En Túnez nadie se muere de hambre, todo el mundo tiene un techo bajo el que cobijarse, la gente no pasa frío y todo el mundo tiene no sólo el derecho sino la obligación de estudiar y ahí reside el problema. Hay una juventud con una altísima formación académica que no tiene trabajo y esos son los que, desesperados, han mostrado su impotencia con estas revueltas callejeras". Tras esta afirmación, vino el debate. "En España tampoco hay trabajo y no reaccionamos así, es que todo está fatal". Pero no, no es lo mismo. Nosotros estamos acomodados, protegidos por el paraguas de nuestros padres, que nos dan dinero para irnos de fiesta el fin de semana ¡e incluso para irnos de vacaciones! Dice el profe que Túnez se salva porque está prohibido tener más de tres hijos así que las familias son cortas pero eso no sucede en Marruecos y Argelia por lo que es probable que, si no es hoy, será mañana, cientos de jóvenes disconformes con sus gobiernos se líen la manta a la cabeza y salgan a la calle a gritar que no están contentos, que sus políticos no lo hacen bien, que es necesario promover un cambio. Y entonces, los países de Europa, mirarán con preocupación a estos integristas islámico-revolucionarios que pueden suponer una amenaza para nuestro Estado del Bienestar y mirarán hacia otro lado cuando los gobiernos locales sofoquen las protestas a palos porque así se evitará el mal mayor, la invasión. Empiezo a estar tan cansada de nuestra doble moral... En Sudán, estamos a la espera del resultado del referéndum secesionista que aplaudiremos porque los cristianos del Sur tienen un territorio rico en el que Occidente puede obtener tajada. Si ocurriera lo mismo en Palestina, hace tiempo que hubiéramos intervenido para poner freno a los abusos de Israel. Y luego está Kosovo, aceptado por unos y rechazado por otros para que los prorrusos no se enfaden y nos agüen la fiesta.
Hoy el presidente tunecino ha anunciado que no se presentará a la reelección en 2014, después de 23 años en el poder, pero ése es un horizonte lejano para quien está desesperado por labrarse un futuro y crear su propia familia. Las protestas continúan tomando las principales calles de la capital.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El cambio de fondo, mágicamente transparente. El tema de hoy políticamente interesante. Verte escribir y leerte cada día no tiene precio. Para esto y todo lo demás lucha y reflexión.
AnóNemo...

Anónimo dijo...

El cambio de fondo, mágicamente transparente. El tema de hoy políticamente interesante. Verte escribir y leerte cada día no tiene precio. Para esto y todo lo demás lucha y reflexión.
AnóNemo...

Anónimo dijo...

El cambio de fondo, mágicamente transparente. El tema de hoy políticamente interesante. Verte escribir y leerte cada día no tiene precio. Para esto y todo lo demás lucha y reflexión.
AnóNemo...

Anónimo dijo...

El cambio de fondo, mágicamente transparente. El tema de hoy políticamente interesante. Verte escribir y leerte cada día no tiene precio. Para esto y todo lo demás lucha y reflexión.
AnóNemo...

Anónimo dijo...

El cambio de fondo, mágicamente transparente. El tema de hoy políticamente interesante. Verte escribir y leerte cada día no tiene precio. Para esto y todo lo demás lucha y reflexión.
AnóNemo...

Nubenegra dijo...

Espléndido comentario. Gracias por la parte que me toca. Supongo que tienes toda la razón y que debo ponerlo en práctica cuanto antes. Lucha y reflexión. Sin duda ésa ha sido la clave del éxito de la población tunecina que, a pesar de la incertidumbre y de los muertos, ha emprendido un nuevo camino hacia una sociedad mejor. Las piedras son grandes y aparecen a lo largo de todo el camino pero, al menos, ahora, el ábrete Sésamo les ha permitido librarse de Ben Alí. Ojalá no vuelvan a dejarse aplastar así de nuevo. Ojalá el cambio se extienda a todos los que sientan que lo necesitan y el precio que paguen no sea tan alto. Ojalá que algún día pueda compartir, frente a frente, estas ganas locas de escribir.