domingo, 2 de enero de 2011

El talento de Aaster Iskoh



Hubo un tiempo en el que Aaster Iskoh no supo si donar su mente a la economía o a la docencia. Testigo de sus continuos quebraderos de cabeza, rezaba en silencio para que eligiese el camino adecuado, aquel que le permitiese llevar a cabo sus sueños conforme a su intachable ética y que, a la vez, ayudase a cambiar el mundo de la forma que su amueblado cerebro estaba destinado a hacerlo. De repente, un día, de la forma más banal, supo qué senda debía seguir: "La economía no es para mí, está llena de necios muy poderosos con los que es imposible razonar". Contuve mi alegría pero no pude evitar confesarle: "eres lo suficientemente inteligente y estás adecuadamente preparado como para dedicarte a la economía o a la enseñanza pero tienes unos principios tan férreos, tan irrenunciables, que terminarías por ahogarte en la inmoralidad del sistema capitalista, lo tuyo es, sin duda, la enseñanza". Y de veras lo creo. Soñadores como él, que tienen ganado el sueño de los Justos, nunca llegarán a lo más alto si no es desde el ámbito de la cultura, de la enseñanza, de la ciencia, de las artes, de cualquier camino que se aleje de aquellos a los que los zotes y los trepas tienen el paso más allanado cuantos menos principios tienen. Tal vez no pueda dirigir un país, hablar otro idioma aparte del español está claro que aquí es un handicap; pero desde el ámbito académico, siempre tendrá la posibilidad de dejar con la boca abierta a quien le escuche, como el señor Sampedro. Y así, tal vez, sólo tal vez, ayude a cambiar el sistema desde la base, removiendo las conciencias de quienes pasan por un aula dispuestos a aprender lo máximo posible para cambiar un mundo individualista hasta el extremo. El que quiera dinero, fama y poder, que elija el otro camino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,

Gracias por enseñarnos quién es José Luis Sampedro. Te recomiendo vivamente que veas este link http://www.youtube.com/watch?v=oqAkTSYJaOg&NR=1

¿coincidencia?

Gracias.
Antónimo, Anomino, Amónino, AnóNEMO.

Anónimo dijo...

...entre sus frases (recogidas de otros) la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud..Siglo XVII