jueves, 28 de mayo de 2009

Me gusta conducir

Nos mola, nos encanta, nos apasiona, nos da energía, nos hace sentir vivos. Complicarnos la existencia es algo tan viejo como el mundo aunque ello nos haga sufrir. Siempre he soñado con tener coche. Desde pequeña. Había quienes soñaban con tener una bici, una casa, un perro o sólo un balón pero yo siempre quise un coche. Cuando tuve edad de tener uno, lo tuve. Era un modelo bastante moderno, adecuado a mis características. Era el mejor coche del mundo. Pasados unos años, inexplicablemente, el motor empezó a fallar y mis días felices se acabaron. Me costó mucho volver a decidirme por otro. “¡Menuda decisión!”, pensaba. No era algo que pudiera hacerse a la ligera. Con la de modelos que había en el mercado, ¿cómo saber cuál me garantizaría una relación a largo plazo lejos de mecánicos y gastos dolorosos e inesperados? Cada mañana me levantaba con el ojo avizor a la caza del modelo perfecto para mí: un modelo urbano, una berlina, un monovolumen, una camioneta... Algunos modelos quedaban descartados por completo pero otros, otros prometían, sin duda. Entonces, los miraba con detenimiento y pensaba: es demasiado caro, no tiene radio, las ventanillas no son automáticas, la marcha atrás es incómoda, hay que pisar a fondo el pedal de freno, le falta un retrovisor... Todos tenían alguna pega o tal vez fuera yo. Me acostumbré a ir andando a todas partes, a utilizar el transporte público o a que otros me llevasen. Esto viviendo allá, en el pueblo, cuando bajé a la ciudad me di cuenta de que ahora sí que era absurdo tener un coche y dejé de echar de menos el conducir. ¡En la metrópolis había de todo! Hasta que un día, mientras paseaba ensimismada en plena tormenta de verano, lo vi. Era el coche de mis sueños y allí estaba. ¡Un auténtico kilómetro cero! Precio asequible, bonito color, llantas de aleación, excelente motor... ¡incluso hacía juego con mis ojos! Desde entonces soy otra, ya no soy otro peatón, la ciudad me parece diferente y todas las horas me parecen escasas para ponerme al volante. Sin embargo, desde hace unas semanas el cambio climático y los gases de efecto invernadero rondan mi cabeza. Soy feliz con mi bólido pero me preocupa que, por su culpa, la Antártida se deshiele, los chinos sufran tsunamis y los tamiles continúen siendo un grano en el culo para el Gobierno de Sri Lanka. Creo que lo mejor será que deje de conducir. Si cunde mi ejemplo, a lo mejor, el mundo se convierte en un lugar mucho más habitable.

Enredos

Sólo la esperanza vana de quien aguarda, de quien aún ama, es capaz de dejar de lado los sentimientos, las heridas, y esperar agazapada a que ocurra el milagro. Pero éste casi nunca llega. Al menos no de la forma esperada. Un día te levantas, te lanzas al abismo del desamor y le pides una segunda oportunidad, entonces, te das cuenta de que mientras uno pensaba que realmente érais amigos, el otro tan sólo aguardaba el momento de recuperar lo perdido. Pero nunca hubo un tren que pasara por delante de la misma puerta hasta el infinito a la espera de que aquel cuya vista permanecía nublada, de repente se viera iluminada por la luz del corazón y se diera cuenta de que aquél, y sólo aquél, era el tren que le conduciría al destino que más necesitaba.

¿Visca el Barça?

Después de la temporada tan desastrosa que ha protagonizado el Real Madrid con escándalos deportivos y extra-deportivos de todo tipo sólo quedaba una misión para todo aficionado merengue: encomendarse a los santos que fueran necesarios para que su eterno rival no lograra lo que finalmente consiguió anoche en Roma, el triplete. Sin embargo, después de la excepcional temporada firmada por los de Pep Guardiola no queda sino reconocer el mérito de este ex jugador de la cantera barcelonista que ha logrado lo que ningún otro en su primera temporada al frente de un equipo de Primera División. Después de la guinda de este particular pastel, al Real Madrid le
toca hacer una profunda revisión de su concepto de juego, equipo y proyecto si no quiere seguir haciendo el ridículo como hasta ahora. Si Calderón volviera a la presidencia seguro que se empeñaría en fichar a Eto’o por eso de que, un día, lo dejaron escapar y ahora se ha revelado como una figura determinante en el juego de los azulgranas. Y nuevamente, se estaría equivocando. No se trata de tener un equipo lleno de estrellas porque tanto ego junto en un mismo vestuario no trae más que problemas. Ni tampoco de gastarse la millonada del siglo en promesas venidas de allende los mares. Se trata, para empezar, de potenciar la cantera. Esa base que el Barça mima y alimenta como si de hijos se tratase. Es costoso y lleva tiempo pero, al final, se producen milagros como el de anoche: “El Barça es el primer equipo español en lograr el triplete” (¡maravilloso titular de Marca!) y lo hizo con nada menos que siete jugadores procedentes de esa mina de oro que es La Masía. Ahora ya no hay nada que hacer salvo rendirse a los pies de este grandísimo Pep que, con su seriedad y compromiso, ha logrado colarse en la terna de los mejores entrenadores del mundo a sus 38 años.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Fronteras

Dos porteadoras murieron en el paso del Biutz, que une Ceuta y Marruecos, esta semana. La noticia aparece en la prensa nacional ocupando apenas unas líneas como si de una muerte por accidente laboral se tratase. A estas alturas de la película seguimos como siempre, a merced de Marruecos que no reconoce los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla pero que a diario deja cruzar a miles de porteadores que cargan sobre sus espaldas los productos que luego se venderán en los dominios de Mohamed VI. Desde luego a los comerciantes españoles les interesa esta relación comercial, también a los marroquíes, que se ahorran así costosos gastos en transporte y aduanas, pero ¿quién se ocupa de las personas? ¿cómo es posible que la Administración española siga mirando hacia otro lado? No es aceptable que como Marruecos siga sin reconocer las fronteras terrestres de España en suelo africano. ¡Menos mal que es un país amigo!

lunes, 25 de mayo de 2009

La persona humana


Queridos miembros y miembras,

Ha tardado mucho en manifestarse pero ahí la tenemos de nuevo. La flamante, y competente, ministra de Igualad, ha vuelto a abrir su boquita para decir una nueva tontería. “Un feto de 13 semanas es un ser vivo, pero no un ser humano”. Y yo me pregunto, ¿acaso es posible ser un ser vivo sin ser catalogado en ninguna especie? ¿Pero qué estupidez es ésta? O se es un ser humano o no, pero no se puede afirmar que es un ser vivo y negar que sea un ser humano, ¿o es que acaso antes de ser personas somos renacuajos? Definitivamente esta chica es un desecho de virtudes. ¡Qué competencia! No pudieron haber elegido a otra mejor. Estoy deseando que llegue la próxima entrega!! Mientras tanto, recomiendo encarecidamente, el apartado humorístico Eloy Oliveri en el Faro de Cantabria. No tiene desperdicio.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La píldora

No voy a entrar en disquisiciones morales sobre si la píldora del día después es un método abortivo o no. No creo que sea esa la cuestión. La decisión del Gobierno español de permitir que esta píldora se dispense libremente en las farmacias a partir del mes de septiembre me parece: peligrosa, irresponsable y populista. Independientemente de si se trata de una práctica abortiva o no, el hecho de que cualquier mujer, incluso menor de edad, pueda acceder a ellas sin necesidad de una prescripción médica creo que es una temeridad. “Se trata sólo de liberar estrógenos”, explican desde la Administración para justificar esta decisión “que evitará miles de embarazos no deseados”. Pero ¿acaso alguien ha tenido en cuenta todo lo que esta decisión conlleva? La adolescencia no se caracteriza precisamente por ser un periodo de gran lucidez en la vida de una persona por lo que muchos optarán por esta ‘liberación de estrógenos’ como método anticonceptivo en lugar de como medida excepcional. Seguro que se evitarán muchos embarazos, pero a costa de obligar al cuerpo a adelantar la ovulación y eso no es algo que deba hacerse con frecuencia, precisamente. ¿Quién garantiza que la gente comprenderá que es una medida excepcional y no un sustitutivo del preservativo? ¿Acaso no sería mejor hacer más campañas de educación sexual y regalar condones? Así evitaríamos embarazos y enfermedades que, con esta medida, pueden multiplicarse. Al fin y al cabo, ahora con sólo ir a un centro de salud te dispensan la píldora, tienes supervisión médica y algo de asesoramiento. ¿Venderlo en las farmacias sin control médico es mejor?

lunes, 11 de mayo de 2009

Crónica de una muerte televisada

Veo las imágenes en televisión y cambio de canal. Me niego a ser uno más de los espectadores que, atraídos por esa mezcla de horror y morbo, permanecen anclados a la pantalla sin poder apartar los ojos de ese vídeo que muestra los últimos instantes de vida de Carlos Palomino. Es inútil, todos y cada uno de los medios de comunicación del país se hacen eco de tan macabro suceso y a nadie parece importarle. Una vez más nos encontramos ante la intromisión en la intimidad de una persona y los medios, lejos de mantener la distancia, no se resisten a la tentación de sacarle rédito aunque sea a costa de la vida de una persona, de un menor. Morirse es la cosa más íntima que le puede suceder a alguien aunque esto le suceda en el vagón de metro ante los ojos de decenas de testigos involuntarios. Ver la secuencia completa de los hechos no nos saca de nada, más allá de proporcionarnos material audiovisual sobre un desgraciado hecho que ya conocíamos. El vídeo resultará sin duda determinante en el juicio para determinar la pena que debe recaer sobre el homicida. Incluso puede resultar de interés para su familia, para que, tal vez, puedan dormir algo más tranquilos habiendo sido testigos tardíos de los hechos. Pero, desde luego, no es útil para el espectador, ni para los medios, ni para nadie por mucho que su madre diga hoy que quiere que la gente vea lo que le sucedió a su hijo. No estoy de acuerdo. Se trata de una intromisión en la vida privada que no por frecuente debe ser tolerada. No todo vale para captar audiencia. No todo puede ser utilizado para ilustrar una noticia.