lunes, 1 de junio de 2009

La esperanza negra

Tras una larguísima pugna interna en el seno del Partido Demócrata Barcak Obama inscribió su nombre en la historia de los Estados Unidos al convertirse en el primer presidente de raza negra. Meses antes de esta victoria electoral ya habían surgido numerosas teorías conspirativas que auguraban una muerte dramática del candidato ya que “nunca se iba a permitir que el país más poderoso del mundo estuviese gobernado por un negro”. Parece que esos hipotéticos magnicidas quedaron cautivados por el discurso conciliador del “Yes, we can” y nada malo sucedió. Luego fueron muchos quienes mostraron su incredulidad ante un hipotético cambio de rumbo en las relaciones internacionales del país pero, una vez más, parece que los agoreros erraron en sus pronósticos. Ahí tenemos el cierre de Guantánamo, el levantamiento del embargo a Cuba o la apuesta por, al menos, limar asperezas con Irán. Sin embargo, a pesar de estos movimientos también hubo quienes dijeron que eso eran sólo “pequeños gestos que en nada comprometían al país, que daban buena imagen ante la ciudadanía y que no afectaban a los judíos, poseedores de las grandes fortunas estadounidenses y, en consecuencia, gobernantes en la sombra”.

Una vez más, parece que las amenazas y los pensamientos funestos no hacen mella en la gran esperanza mundial en que se ha erigido este presidente de sonrisa franca y cautivadora. Ahora le ha tocado el turno a Israel. Es la primera vez que un presidente estadounidense hace un llamamiento al entendimiento, al acercamiento de posturas, a la paz, en este polvorín de Oriente Medio y que lo hace sin dar su apoyo incondicional a los judíos. Es más, ha pedido que cesen las hostilidades basándose en dos puntos: la no creación de más asentamientos judíos en Cisjordania y el reconocimiento de un futuro estado palestino. Con esta propuesta Obama se ha situado más que nunca en el ojo del huracán y ha hecho méritos para ganarse algún que otro enemigo en el ámbito internacional y también entre su propio electorado. Sin embargo, tras más de 60 años de lucha encarnizada por la posesión de estos territorios sagrados para las tres grandes religiones monoteístas parece que se vislumbra algo de luz al final del túnel. Habrá que cruzar los dedos para que el sueño de Obama se haga realidad y no perdamos la ocasión de hacer que el mundo se convierta en un lugar un poco menos inhóspito. Sobre este tema, Mario Vargas Llosa ha escrito hoy un exhaustivo artículo de opinión que no tiene ningún desperdicio. Sólo el título invita ya a la reflexión: ‘La cuadratura del círculo’.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/cuadratura/circulo/elpepuopi/20090531elpepiopi_13/Tes.

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