viernes, 23 de diciembre de 2016

El Nobel de la Paz

Fuente: diario Público.

Ojalá fuéramos niños eternamente. Ojalá pudiéramos mantener esa inocencia, esa fuerza que defiende el bien y rechaza el mal con una energía y una convicción que a los mayores nos dejan boquiabiertos mientras pensamos "qué inocente, como si todo fuera blanco o negro". En el fondo, la gama de los grises es algo que nos hemos inventado para que lo malo no sea tan malo, para aceptar cosas que, de otro modo, nos harían saltar los ojos de las órbitas.
Los premios Nobel. Vaya timo. Mira que yo, que estaba entusiasmada con la elección de Obama, me quedé de una pieza cuando le concedieron el Nobel de la Paz nada más asumir el cargo. ¿Qué había hecho Barak Obama por la paz cuando apenas llevaba una semanas en el cargo? 
Para empezar, los premios se constituyeron con los fondos de un ingeniero sueco llamado Alfred Nobel que fue el inventor de la dinamita que me temo que ha segado más vidas de las que haya podido alimentar con su uso en explotaciones mineras, por ejemplo. Así que, un hombre que inventa un producto que sirve para matar ¿deja instrucciones para constituir un premio de la paz? Yo no le encuentro el sentido. Vale que quiera destacar otras mentes privilegiadas en diversos campos de la ciencia o la literatura pero ¿la paz?
Entre los galardonados a lo largo de la historia reciente están, por ejemplo, Henry Kissinger, un judío que fue secretario de Estado de los EEUU y que fue premiado por sus esfuerzos en acabar con la guerra de Vietnam, un genocidio llevado a cabo por EEUU, entre otros, en el que murieron más de 3 millones de civiles y que desangró Vietnam durante 20 años. Pero este mismo señor, está acusado de haber apoyado el golpe de Pinochet en Chile o su implicación en la Operación Cóndor que, durante los años 70 y 80 se ocupó de mantener en su puesto a los dictadores sudamericanos. Anwar el Sadat, el presidente egipcio que firmó los acuerdos de Camp David, trayendo la paz con Israel y siendo pues, el primer país árabe que reconocía la existencia de Israel. Bonito ¿no? Pero claro, esta paz con Israel supuso un enfrentamiento directo con todos los países árabes pues se rompía la unidad de los países de la OLP en cuanto a su postura de apoyo incondicional a Palestina. Sadat veló sólo por los intereses de su país con tan molesto vecino y abandonó a su suerte a sus hermanos palestinos. ¿Cómo no habría de premiarse tal actitud, favorable al pueblo judío?
Otro controvertido premiado es Al Gore, candidato a las elecciones presidenciales de EEUU frente a George W. Bush que ha sabido labrarse un futuro "pensando en verde". Y es que el tipo participa en campañas alertando del cambio climático y se ha creado una imagen fantástica de filántropo cuando, en realidad, lo que ha hecho es comprarse un montón de empresas de energías renovables que, sorprendentemente, han firmado acuerdos estatales para el fomento del uso de paneles solares, etc. Éste no ha necesitado que le hicieran una puerta giratoria, ya se la buscó él solo.
Lo de que se haya premiado a la Unión Europea con el Nobel de la Paz porque hace más de 60 años que no estamos en guerra, entre nosotros, claro, me parece vergonzante. Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España están entre los principales exportadores de armas de la Unión y sus clientes son tan selectos como EEUU, Israel, Myanmar, Pakistán o Colombia. Así que, por un lado mandamos a nuestros soldados a mantener la paz en Líbano y Afganistán y por otro, ponemos nuestro granito de arena en la destrucción de Siria, Irak, Palestina, el pueblo colombiano o los Rohingya en Myanmar (Birmania). Y éste punto es ya el definitivo. Tenemos a la activista de la paz Aung San Suu Kyi, la tipa esta que ha estado más de 20 años en arresto domiciliario por cuestiones políticas. ¡Incluso declinó la opción de salir libre a condición de no regresar nunca al país y eso le costó estar separada de su familia! Hasta aquí todo estaría bien si no fuera porque jamás se ha pronunciado en contra de la masacre que el ejército birmano lleva a cabo sistemáticamente contra los Rohingya, la minoría musulmana. 

("Querida Suu Kyi, todos somos SERES HUMANOS, por favor, actúa como si fueras uno).
Fuente: BBC.com

El asunto es claro, Myanmar es un país de mayoría budista (¡a ver quién dice ahora que los budistas son todos pacifistas!) y ella no quiere mojarse por unos pocos musulmanes que viven en el norte y al que no se les reconoce como ciudadanos birmanos. Los rohingya, por su parte, reclaman que su estancia en el país se remonta al siglo VII aunque luego haya habido una oleada más reciente de rohingyas llegados desde la vecina Bangladesh en el siglo XIX. Sea por lo que sea, no se le puede premiar a alguien contribuir a la paz cuando es una paz sesgada, cuando no se defiende a todos los pueblos por igual porque entonces, esta señora es tan pacifista como cualquiera que media en una discusión en la que está su familia y llega a matar por ellos. Eso no es pacifismo, eso es interés, es nacionalismo, es etnocentrismo, es pacifismo selectivo, racismo, pero no pacifismo a secas, no pacifismo global. Pero ahí la tienen, su gobierno masacrando a civiles (me da igual que sean ilegales o no) y ella bien calladita a ver si logra alcanzar sus aspiraciones políticas.