Este finde me fui de excursión a Figueras. A conocer un poco la región en la que ahora resido. Tropecientas horas de tren para visitar una pequeña ciudad que lo más singular que tiene es el Teatro Casa Museo de Dalí, que no es poco. Impresionante el edificio y los dibujos del pintor catalán si bien eché en falta muchas de sus obras más conocidas, aunque ya tuve ocasión de verlas en una exposición temporal que hubo en el Reina Sofía el año pasado. Me encanta éste: “La persistencia de la memoria”. En estos tiempos que corren, estos relojes que se reblandecen se me antojan una metáfora de nuestros propios cerebros. Es triste ver cómo en España la alienación ciudadana es el rasgo principal. Hoy los sindicatos han anunciado que tendremos una huelga general el 29 de septiembre, primero hay que ir de vacaciones, supongo, eso da buena cuenta de lo poco seria que es la situación, de que realmente no hay tal crisis. Otro de los temas candentes sigue siendo el burka. Una prenda que en España no existe pero cuyo uso nos empeñamos en regular, como si no hubiera cosas más importantes. Los impulsores de esta normativa dicen que velan por la dignidad de la mujer pero casi nadie que conozco tiene trato con musulmanes, ni con inmigrantes, así que ¿cómo sabemos que ellas están oprimidas? Y si lo están, ¿prohibir es la solución? ¿no será mejor hablar con ellas, conocer sus preocupaciones, formarlas y darles la oportunidad de trabajar y estudiar para que ellas mismas valoren si realmente están sometidas a maridos machistas? Tenemos cientos de prostitutas en las calles, trata de blancas, drogas al alcance de los adolescentes en zonas que para nada son marginales, personas en situación de dependencia que no pueden ser correctamente atendidas, saturación en la sanidad pública, adolecemos de un consumismo y un culto al cuerpo brutales, vivimos por encima de nuestras posibilidades, nuestro país está a la cola en I+D, Merkel quiere echarnos de Europa, Marruecos amenaza con recuperar las “ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla”, los universitarios se matan a estudiar para ser mileuristas y ser político corrupto no sólo es una tendencia al alza sino que está socialmente aceptado. Sin embargo, nuestro problema es que nos invaden los moros y para proteger la identidad española regulamos el uso del burka en espacios públicos, no vaya a ser que el virus se extienda y nos de a todos por pensar que Dios existe y abracemos la religión de Mahoma. Definitivamente somos idiotas, superficiales y fácilmente manipulables. Tenemos todo lo que nos merecemos.
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