Está claro que uno no nace enseñado y que todos pagamos la novatada alguna vez pero que le pase a un periodista y precisamente con Marruecos..... ¡error de principiante! Ningún plumilla debe nunca mostrar su condición abiertamente al entrar en según qué países, si luego lo descubren, mala suerte. No debemos dejarnos llevar por la ilusión óptica de que es un país democrático, avanzado y amigo porque, a los hechos nos remitimos, todo son meras apariencias. Es una lástima que eso nos suceda con un país limítrofe, con el supuesto adalid de la modernidad de los países en vías de desarrollo del Mediterráneo, con uno de los países que más ciudadanos nos exporta, aunque claro, visto lo visto, lo mismo es que ellos ya saben lo que hay, no se dejan engañar y huyen, con toda la pena de su corazón, tan pronto como tienen ocasión de buscarse una vida mejor en un lugar en el que nadie te retira tu pasaporte ni te echa del país por expresar tus ideas.
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