Llegan los petrodólares del Golfo de Arabia a España y aquí los recibimos con los brazos abiertos. Nuestro querido presidente del Gobierno está de gira por Qatar, siete años después los localiza en el mapa, para conseguir dinero para ver si alguien nos saca de la crisis, aunque sean los árabes. Pero el dinero de los jeques ya entró en la Península Ibérica con la compra del Málaga y, ahora, prosigue su camino hacia la Re-reconquista con el dinero del indio Alí Syed que tiene sus empresas radicadas en Bahrein y parece que ha venido para quedarse. Ahora, todos aquellos que siempre clamaron contra los no occidentales, reciben con vítores este soplo de aire fresco para nuestra maltrecha economía y miran sin recelo a quienes entran por la puerta grande cargados con muuucho dinero. A estos no les pedimos certificado de integración pero por si las moscas, "Mister Ali", así bautizado por la prensa cántabra, ha adoptado la bandera verdiblanca como si cumpliera así el sueño de toda una vida. Pero no sólo siente los colores de la camiseta y se mete a la afición en el bolsillo con este gesto sino que, además, se interesa por Cantabria y apuesta fuerte por invertir en proyectos culturales en la región. Supongo que, alucinado por la falta de sobreexplotación de la "tierruca", ve aquí su oportunidad para amasar más fortuna o blanquear la existente si fuera necesario aunque si atendemos a su fervorosa práctica del Islam, deberemos, además, congratularnos de que haya arribado a nuestras costas el magnate futbolístico más honrado y con más inquietudes culturales de la historia reciente de este país. Sea como fuere y ya que tenemos que recibir ayuda económica del extranjero, es realmente agradable ver que el recién llegado siente los colores del club y se interesa por el devenir de la región. ¿El motivo? No importa porque, por una vez, todos salimos beneficiados.
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