domingo, 5 de septiembre de 2010

Stephen Hawking y Dios


Cada vez que lo veo aparecer en la tele y compruebo que su deterioro físico prosigue sin descanso y escucho su voz a través del sintetizador, no puedo evitar pensar hasta qué punto es cierto que él, con sus impulsos cerebrales sea capaz de transmitirnos todo aquello que su prodigiosa mente encierra en su interior. No puedo evitar pensar que tal vez no sea sino el espejo tras el que se esconde algún otro científico menos brillante que se sirve de su prestigio para exponer sus teorías. Sea como fuere, Stepehn Hawking es, sin duda, el físico más conocido por la sociedad en general y sus teorías no dejan a nadie indiferente. Desde los inicios de la investigación científica, la religión y la ciencia han caminado de la mano ya sea para refutar o certificar la existencia de Dios. Hawking no ha sido alguien ajeno a todo esto y prueba de ello es su trayectoria investigadora y sus publicaciones. Aún recuerdo lo duro que me resultó leer "Breve historia del tiempo" y como, muy a mi pesar, tuve que dejarlo por imposible así que ni siquiera voy a intentar acercarme a su nueva obra, que saldrá a la venta la próxima semana. Sin embargo, no puedo por menos que sentir cierto desasosiego al comprobar que, en el transcurso de 18 años, ha pasado de afirmar con rotundidad que estaba muy cerca de conocer la mente de Dios a través de la ciencia a rechazar por completo su existencia basándose en ¡la generación espontánea!. Nunca fui una chica de ciencias así que mi conocimiento al respecto es más que superficial pero no puedo evitar pensar que cuando un científico no tiene explicación para algo, recurre a la generación espontánea. En realidad, todos lo hemos hecho, de pequeños, cuando algo aparecía inexplicablemente, véase una pintada en una pared o en un pupitre de la escuela, todos negábamos su autoría y asegurábamos que había aparecido sólo, por arte de magia, o lo que es lo mismo, por generación espontánea. Tal vez en aquel momento, las leyes de la física hicieron que el lapiz realizase ciertos trazos sobre la mesa sin que ninguno de nosotros hubiera intervenido. ¡Uf! No sé. Me parece demasiado traído con pinzas aunque, supongo, que esta polémica le hará vender tantos libros como la publicidad del Ipod o las explosivas declaraciones de Thilo Sarrazin sobre los musulmanes y su impacto en Alemania. Pero, si en el origen existía la nada, el vacío, ¿cómo se dieron las condiciones para el Big Bang? Si no había nada no había aire, ni oxígeno, nada, sólo un agujero negro sin energía. Para que haya generación espontánea supongo que tenga que haber alguna reacción química entre distintos componentes presentes siquiera de una forma caótica, pero, si no había nada, ¿cómo se generó un algo? Quizá mi ignorancia no me deje ver más allá pero me parece que esto de la generación espontánea es una forma simplista de concluir lo que ya sabíamos, que jamás llegaremos a obtener una respuesta certera y sin fisuras sobre el origen del universo, de la humanidad, desde el ámbito de la ciencia.

No hay comentarios: