El día que supe que tenía que mudarme fue de lo más dramático, llora que te llora buscando el consuelo de los míos ante semejante desgracia. Lejos de compadecerme, todos empezaron a animarme y a destacar las bondades de un cambio laboral tan importante haciendo oídos sordos a mis quejas y dejándome sumida en la más profunda incomprensión. "¿Será que quieren perderme de vista?", pensaba. Tuve tantísimos días para taladrarles a todos la cabeza que, algo harto, mi amigo Luis terminó por decirme: "pero si te va a venir bien, así sabrás lo que es empezar completamente de cero sin tener el abrigo de tu círculo cántabro". ¡Y vaya que si lo he sabido! Lo sé, lo sé. Aún es pronto. Pero, ¿cuánto tiempo tiene que pasar para que tu soledad deje de ser normal? Pues no lo sé pero no estoy dispuesta a que sea demasiado. Empezar sin mi círculo cántabro es difícil, muy difícil. Pero va a ser gracias a mi "nuevo círculo cántabro" que yo tenga algo de vida social. Primero han sido mis viejillos futboleros, con los que tal vez me vaya de comilona este fin de semana. Luego, mi vecina. Ayer me armé de valor y decidí subir a conocer a la chica cántabra que, según mi casero, vivía justo en el piso de arriba. La pobrecilla alucinaba. Una pirada con cara de "Tristón necesita un amiguito, un hogar y mucho amor" llamaba a su puerta preguntándole si era de Cantabria. La suerte estaba de mi lado. La pobre campurriana lleva un año en Polonia sin tener una sola persona con la que compartir su tiempo libre así que la sola visión de esa desconocida procedente de la tierruca le hizo anotarse rápidamente mi teléfono para quedar algún día a tomar algo. Pues no serán mis cántabros pero está claro que entre montañeses todo es más sencillo.
1 comentario:
Veroooo que hacia mucho que no entraba en tu blog y he visto esto.. snif, snif...
Como eres, ?eh? algún amigo ya tenia jejeje... No te acogí por soledad, a veces eras bien maja :P
No puedo poner tildes con este teclado. Espero que no te moleste mas que a mi :D
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