¡Somos la leche! ¡Qué facilidad para inventar eufemismos! ¿Crisis alimentaria? Es que lo veo y no lo creo. El ayuno debería estar prescrito por ley, ¡por listos! Hoy aún estoy más contenta que ayer de haber iniciado el Ramadán porque sólo así soy todavía más consciente de hasta qué punto somos hipócritas. Si todo el mundo ayunase por obligación, tal vez nuestros valores se volverían más humanos, por solidaridad, por aquello de ponerse en la piel del otro. ¿Cómo podemos hablar de crisis alimentaria en Somalia? Una crisis alimentaria se produce si escasean las verduras por una mala cosecha, si los precios básicos se ponen por las nubes, si para poder ir a la universidad mi familia se tira cinco años comiendo patatas viudas. Pero no si la gente se muere de hambre. Creo que hablar de crisis es reírse en su cara. Crisis es la que tengo yo ahora, que son las cuatro de la tarde y no veo la hora de que den las nueve para irme a compartir con unos amigos una cena de Ramadán, teniendo la certeza de que hoy, de nuevo, me costará dormir porque me habré dado un atracón indecente. Morirse de hambre no es una crisis. Es una vergüenza para quien mira de brazos cruzados, es una forma terrible de ganarse el Paraíso para quienes lo padecen.
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