La crisis se lleva por delante a un millón y medio de millonarios. Sí, sí. Tal cual. Con la que está cayendo en la economía mundial y nos obsequian con esta noticia en la prensa nacional y es que, hay que ver, hasta los millonarios dejan de serlo. A ellos sí que hay que compadecerles. Ya lo decía la gran Carmen Lomana, ese personaje de la sociedad madrileña que nadie sabe a lo que se dedica – “negocios, chica, que yo también trabajo”- pero que sale en todos y cada uno de los reportajes sobre pijos y gente chic que se hacen en la televisión nacional: “a mí quién realmente me da pena son mis amigos, gente adinerada que ahora con la crisis lo están pasando muy mal porque no tienen cash; por que los demás, esos ya están acostumbrados a sobrevivir con poco así que no sufren tanto”. Y lo peor de todo es que tiene razón. Porque no es lo mismo tener cuarenta coches y seis o siete palacetes repartidos por media Europa y quedarte sin cash para echar gasolina que no llegar a mileurista y enterarte de que la mierda de empresa para la que trabajas considera que eres demasiado lista para ellos y que te pagan demasiado por saber idiomas. Así que ahora me van a pagar como si fuera más tonta porque, total, lo mismo que vivo con 900 podré vivir con 750 porque estudiar es una pérdida de tiempo y el tiempo es dinero o ¿será que tengo que emplear mejor mi tiempo y trabajar en dos sitios a la vez para llegar a los 1400 euros por el módico precio de 14 horas diarias?. Definitivamente, ser rico y quedarte sin cash ¡es una auténtica tragedia!
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