Adoro a los políticos, sí para qué negarlo. Son los expertos mundiales en escurrir el bulto. ¿Qué hay algún problema? El primer paso siempre es negarlo hasta que encuentran la solución y cuando se ha resuelto, entonces sí, se reconoce, incluso se exagera un poco, y se le da todo el bombo posible a la solución. ¿Qué esto no funciona? Entonces la estrategia a seguir es la de culpar a los otros: al hambre en el mundo, a los islamistas, a los americanos, a los inmigrantes, a la oposición o.... a Kaká. Oh, sí, ahora hasta los futbolistas deben andarse con tiento porque, a la mínima, podrán ser sometidos a juicio público sin comerlo ni beberlo. En las pasadas elecciones europeas, Il cavaliere perdió apoyo entre su electorado y Berlusconi, como el gran señor que es, no sólo no asumió su culpa sino que le echó el muerto a su ex mujer, a las fotos con las veinteañeras sin escrúpulos que se dejan babosear por un vejestorio y a Kaká. El astro brasileño, con su marcha al Real Madrid, levantó las iras de los aficionados del Milán, club que pertenece al Emporio Berlusconi, y claro, el presidente, cual Jesús Gil en sus mejores tiempos, considera que su manera de protestar por no haber blindado más al futbolista ha sido la de votar a la oposición. Pero, ¿estamos locos? Cada vez estoy más segura de que este mundo que creemos que es real no lo es en absoluto, que vivimos en la absurda Galia de los comics de Astérix o que, en realidad, estamos siendo gobernados por extraterrestres que empiezan a estar cansados de fingir que son como nosotros porque si no, no le encuentro otra explicación. Si es que tenemos lo que nos merecemos....
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