Ésta es la frase más graciosa que he oído con más frecuencia últimamente. Ahora que aprietan las vacas flacas, y en vez de quejarnos de los políticos tan lamentables que pululan por nuestro país, nos dedicamos a ejercitar la filosofía de vida más barata que se puede compatibilizar con una buena sombra, unas chanclas y una bebida bien fría. Y es que, hasta hace cuatro días, nadie se preocupaba de la existencia de los inmigrantes, que no turistas, que llenaban nuestras calles realizando los trabajos menos agradables, esos que nadie quería: cuidador de ancianos, canguro, empleado del Mc Donald’s, mozo de almacén, vendedor puerta a puerta, teleoperador, cajero del supermercado... Trabajos desagradables y mal pagados que los españoles no queremos, ni siquiera aquellos que apenas terminaron la enseñanza básica. Sin embargo, ahora que la crisis arrecia con más fuerza de la que nos prometieron, cualquier cosa nos sirve, incluso aquella que antes despreciábamos. Basta darse un paseo por cualquier establecimiento de comida rápida para volver a encontrarse caras españolas entre el personal que te atiende, algo que había desaparecido casi por completo. Así que ahora que no hay suficiente para todos, nos afanamos en reclamar que “esa gente” retorne a sus países de origen porque “aquí no hay sitio para todos”. Pero a mi eso no me cuadra con los estudios socioeconómicos que señalan que, en los próximos 20 años, Europa necesitará unos 50 millones de inmigrantes y que sólo España necesitará 7 millones más para mantener nuestro sistema de pensiones. Sin embargo, no nos preocupamos de eso, ni siquiera creemos que sea cierto así que clamamos por una repatriación masiva de todos estos individuos que llenan nuestras calles de un color y una mezcolanza que no nos gusta, que nos asusta. Supongo que es nuestro momento de tomarnos la revancha por lo vivido en Francia y Alemania en la posguerra porque, total, a América Latina llegamos para ser los sheriffs. Definitivamente el hombre no aprende nunca; supongo que es más fácil volver a tropezar en la misma piedra.
2 comentarios:
Hi Nubenegra,
I haven't been publishing the latest two comments you posted since I believe they are more related about issues related to individuals' own interpretations and I do not believe to have any authority or power to assume how and why they believe and/or interpret.
There are Muslim women who do not veil and participate sports. However, I support those who prefer otherwise as well. Similarly, I criticize any bans concerning women's choices of dressing and I consider those bans as sexist.
As for your questions about the practice of veiling itself, it may be better to learn from sources directly related to the issue. I'm not sure veiling is all about modesty and controlling sexuality.
Sincerely
Sertac
ssertac(et)gmail.com
Thank you very much anyway for your comments. I hope not to have bothered you with my questions.
Publicar un comentario