Foto: www.cantabrialiberal.com
Ya sabía yo que tanta campaña publicitaria nos iba a traer problemas. Y es que ¿a quién se le ocurre ir regalando por ahí anchoas del Cantábrico? ¡Con lo caras que están! Está claro que estamos ante un caso de corrupción. Y de lo más zafia, porque se hace a la vista de todos y se pregona a los cuatro vientos. Se acabaron las campañas de Navidad, el Día de los Enamorados, el Día del Padre o las celebraciones de cumpleaños. ¡No a la corrupción!
No hay comentarios:
Publicar un comentario