Estoy viendo Troya y mientras disfruto de la lucha entre Agamenón, Aquiles y Héctor, me acuerdo de la peli que terminé de ver esta mañana, "Paradise Now", una cinta árabe que retrata con crudeza la situación de los palestinos en los territorios ocupados. Al menos en la antigüedad, la lucha era más equitativa, cuerpo a cuerpo, sin excesivas sofisticaciones, con armamento pesado en ocasiones pero siempre viendo al enemigo. En Paradise Now los mártires se inmolan por desesperación, no son guerreros, no son soldados, son sólo jóvenes que no ven más salida a la ocupación que la de sembrar el caos entre los israelíes mientras esperan que Dios les libre por fin de aquel infierno. Y me acuerdo de mi profe, no me cuesta nada imaginarlo de guerrillero, tiene un aire a Hamid Karzai, una edad parecida y la misma porte alta y desgarbada de los pocos fenicios que conozco. Nuestra hora de clase comienza siempre tras el resumen diario de Al Jazeera sobre la situación de Siria pero él siempre entra con una sonrisa en clase, como si fuera capaz de dejar a un lado la preocupación que invade su ser desde hace ya demasiado tiempo. El otro día bombardearon el horno de su pueblo mientras una veintena de personas hacía cola para comprar el pan. Pan en tiempos de escasez y guerra. Mujeres, ancianos y niños. No me cuesta imaginarlo en la guerra, uno de tantos otros y, sin embargo, ahí está, tiza en mano mientras vive pendiente de una llamada o una noticia de su familia. Es curioso como a veces, una decisión tomada en la juventud, puede alejarle a uno de la guerra o dejarle, irremediablemente atrapada en ella. Él decidió venirse a España hace más de 25 años cuando las guerras no eran como las de hoy pero tampoco como las de antaño; cuando uno miraba al enemigo a la cara y, tras una dura batalla, le daba las buenas noches a la espera de la mañana siguiente. Cuando el honor aún tenía un significado.
2 comentarios:
Aún me cuesta ver imágenes de Siria llena de escombros, humo, gritos y sangre, cuando mi imagen desde la más tierna infancia es de palacios, velos azules, joyas hasta el techo y una princesa contando cuentos durante más de mil noches......
palacios, velas, joyas, princesas.... ¿y lo cambias todo por los trenes y el flamenco de encima de la tele? ¿tú te lo has hecho mirar? pobre criatura...
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