Parece que la capacidad de desviar la atención de lo verdaderamente importante es todo un arte. Por burdo que sea tiene su efecto. Discusión en la oficina. Que si una diputada echa en cara a no sé quien que compare los mejillones con los bebés. No sé de qué habla ni me interesa. No creo que la cosa tenga que simplificarse tanto. Es decir, que nadie compara moluscos con humanos. Al menos así lo veo yo, que soy de las antiguas que creen que lo del lenguaje sexista es una tontería para tenernos entretenidos al igual que el fútbol y los programas de cotilleo. Pero volvamos a lo esencial. Descartados los tres supuestos legales, reconocidos inlcuso por la derecha más recalcitrante (violación, peligro para la salud física o mental de la madre y malformación del feto), aún me pregunto yo las razones por las que se arma tanto jaleo. No estamos en la edad media, métodos para evitar el embarazo los hay a montones luego quien se queda embarazada hoy en día es porque le da la gana (vayan incluidas aquí las adolescentes más inconscientes). Creo que habría que hacer más tarea de prevención, dar más información a los jóvenes y dejarse de historias porque esto del aborto, lemas feministas aparte, es cosa muuuuy seria.
Siempre que leo noticias sobre el aborto, me pregunto por el perfil de las mujeres que optan por esta vía. ¿Adolescentes? Pijas, supongo, porque mi barrio está lleno de madres adolescentes que tuvieron el crío y fueron educados por sus abuelos. Ahora que recuerdo, conocí de pasada una chica en la universidad que empleaba las clínicas privadas como medida de prevención. No entiendo por qué habría de ampliar los supuestos legales. ¿Alguien se ha parado a analizar las consecuencias físicas y psicológicas que esto conlleva para la madre? Me gustaría que alguna de estas mujeres que abortó, que hoy es adulta y tal vez tenga hijos, contara cómo se encuentra ahora, qué siente, si lo volvería a hacer, si duerme por las noches, si se imagina la cara que tendría ese niño hoy...
Tal vez haya quien piense que soy una antigua pero lo que soy es intransigente rato largo. No soporto que las pijas y las progres se sirvan de su cuerpo (por muy suyo que sea) para acabar con una vida cuando les parece. Existen pastillas, parches, profilácticos y mil métodos más para evitar llegar a esta situación. ¿O acaso hablamos de gente que se queda embarazada a ver qué pasa y luego, se lo piensa mejor y decide que ya no lo quiere? Vale que cada uno hace lo que quiere con su vida pero la cuestión es que, en temas de embarazo, no se trata de una sóla vida sino de dos.
Hace poco vi un documental fantástico sobre las etapas de la gestación: cómo se van formando los miembros; cómo los bebés tienen memoria auditiva; cómo se cambian de postura si la madre expone la barriga al sol; etc... A los cuatro meses de gestación, Dios insufla el alma y escribe nuestro destino así que no creo que sea ninguna barbaridad que la ley vele por los derechos de ese no-nato al que su madre, por capricho, inmadurez, inconsciencia, egoísmo o simplemente porque sí, quiere impedirle su nacimiento.