lunes, 31 de diciembre de 2012

El Día de la Marmota

 


Aún recuerdo la decepción que sentí al ver "El Día de la Marmota". Estaba claro que una película que tuviera como protagonistas a Andy MacDowell y Bill Murray no era como para guardar para la posteridad pero.... hay mitos que superan a las historias verdaderas y éste es uno de ellos. La expresión "esto es como el día de la marmota" encierra un significado mucho más profundo que el argumento de la cinta aunque hoy me remita precisamente a la imagen que Hollywood nos presenta para lanzar una botella al mar. Bill Murray es un frustrado y arrogante meteorólogo que es enviado a un pueblo remoto de Pensilvania a cubrir la tradicional fiesta del Día de la Marmota. El momento que determinará el final del invierno. Debido a una tormenta de nieve, él y su compañera de trabajo, Andy MacDowell, deben pernoctar en el pueblo comenzando ahí la vivencia cíclica del mismo Día de la Marmota. Lo singular de la historia no es sólo el hecho de que cada día es el mismo día sino que Bill Murray es el único que es consciente de ello y que puede cambiar sus actos mientras que el resto de habitantes del pueblo se levanta cada mañana como si fuera un nuevo día. Pasan así varios días durante los cuales el protagonista no hace más que intentar suicidarse y otras tonterías por el estilo con tal de acabar con ese bucle que se le antoja sin fin. Sólo en el momento en que empieza a hacer las cosas por los demás, sin egoísmo y regalando un poco de amor y generosidad a quienes le rodean, es capaz de dejar caer la hoja del calendario, llevarse a la chica y continuar adelante con su vida.
El argumento no es gran cosa y la puesta en escena lo es aún menos ya que ni siquiera me pareció divertida. Sin embargo, hay días en los que uno no puede dejar de pensar que se encuentra igualmente atrapado en el tiempo. Tomas decisiones que, aparentemente cambian tu vida para terminar regresando exactamente al mismo punto de indecisión, duda y desasosiego del que partías. Y tú, ciego en tu momento cíclico, te afanas en dar exactamente los mismos pasos sin percatarte de que la vida te está dando una nueva oportunidad. Al final, como en la película, lo único que nos permite avanzar es cambiar de perspectiva y explorar el camino que siempre hemos dejado arrinconado, ése en el que los sentimientos juegan un papel tan importante que tenemos miedo de fracasar en el intento. Sin embargo, nuestro destino está escrito; por lo que tan solo nos queda echar nuestra mejor sonrisa y avanzar con paso firme confiando en que todo saldrá bien.

jueves, 27 de diciembre de 2012

La yihad cotidiana


Reviso de buena mañana la prensa y encuentro una noticia que me anima un poco. Una iniciativa diferente en medio de tanto eco de cosa absurda que pasa por el mundo y que, teóricamente, debe afectarnos, alegrarnos, importarnos. Los musulmanes de Chicago, principalmente conversos y no árabes, están hartos de la islamofobia que impera a su alrededor y han lanzado una campaña tratando de explicarle a la gente lo que es la yihad, más allá de la guerra santa, tan útil para quienes cometen actos de terrorismo o se hacen eco de sucesos que buscan ensuciar el nombre del Islam y a los musulmanes. La yihad es un esfuerzo, es un reto, es algo que nos asusta, que nos resulta difícil, que nos duele, y a lo que nos enfrentamos con valentía y paciencia. La yihad del farero es salir de su torre y tocar el agua. Lleva años viendo la mar, la conoce como la palma de su mano pero se contenta con verla de lejos, sin meter los pies por miedo a que le arrastre la corriente a pesar de que sabe nadar y la chica de pelos auríferos le espera en un bote cercano a la orilla. Sueña con ella cada noche y se muestra intranquilo si no la ve cada mañana pero no se da cuenta de que un inesperado golpe de mar puede alejarla de él para siempre, porque esperar cerca de las rocas no es tarea sencilla, hay corrientes, monstruos marinos... La yihad de la chica es hacerse oír entre el murmullo constante de las olas, mostrarle que no tiene patas de gamba sino piernas y que puede vivir en tierra firme, que él no tiene que aprender a contener la respiración eternamente. La yihad del búho, del cuervo, de las gaviotas con sus siniestros graznidos, es la de asustar al farero día y noche y hacerle pensar una y otra vez que no será capaz de llegar a la barca, que la chica será un calamar gigante y que el espejismo le devorará por abandonar su apacible vida en el faro de Finisterrae. Mi yihad es sobrevivir cada día, afrontar mis miedos y superarlos pese a las caras de incredulidad de quienes me rodean.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Monsieur Ramadan

El marco era incomparable, la Pedrera, símbolo arquitectónico de Gaudí, acogió ayer la charla entre Lluis Bassets y Tariq Ramadan. Dice mi abuela que en esta vida vale más caer en gracia que ser gracioso y no le falta razón viendo el papelón que hizo ayer el ilustrísimo entrevistador, a la sazón director adjunto de El País. ¡Menudo periodismo que nos gastamos en España! No es sólo que el susodicho hiciera preguntas de lo más estereotipadas al invitado sino que lo atacó desde el principio y, encima, le habló en catalán en lugar de hacerlo en francés, lengua en la que ambos se entendían perfectamente. Pero vayamos por partes.
Comienza la sesión y el caballero plumilla comienza un monólogo introductorio para presentar a Tariq Ramadan en catalán ante la mirada perpleja de éste al que, ni siquiera le habían facilitado unos cascos con traducción simultánea. Ya sé que mis lectores adolecerán aquí de cierta xenofobia uriolistaní pero.... ¡qué quieren que les diga! Soy partidaria de que, cuando hacemos una entrevista a alguien y no vamos a traducir nosotros mismos, realicemos la charla en un idioma común y dejemos a los intérpretes realizar su labor pero... En fin, la dictadura cultural impera así que hubo que hacer un stop, dar marcha atrás e iniciar de nuevo la patética presentación (islamista, polémico, vetado en diferentes países, profesor en la Universidad, controvertido) para que el pobre señor Ramadan supiera qué se estaba diciendo sobre él. No hubo insultos pero.... se dejaba ver entre líneas que el uno era un ignorante racista y el otro un señor muy educado capaz de destacar la estulticia ajena sin dejar de sonreír francamente.
Primero empieza preguntando por la diferencia entre ser musulmán y ser islamista. No me voy a detener en el contenido de cada estúpida pregunta por que no merece la pena pero vaya por delante que el objetivo del encuentro era demostrar que Tariq Ramadan es un musulmán radical disfrazado de cordero que se beneficia de su pasaporte suizo para entrar por la puerta grande de las universidades europeas pero que, en realidad, odia a las mujeres, está contra la libertad de expresión y de pensamiento y considera que todos los judíos y cristianos deben ser exterminados.
Se habló en diversos momentos de Palestina, abogando, el plumilla, por el reconocimiento de los dos Estados algo que para Ramadan es totalmente inviable habida cuenta de que después de 60 años los colonos judíos siguen invadiendo los territorios ocupados y oprimiendo a la población árabe con el objetivo de exterminarla. Lo que Bassets pretendia, entre otras cosas, era que Ramadan reconociera que compartía los postulados de Al Qaeda, porque ya se sabe que ellos son los representantes electos de los 1.500 millones de musulmanes que hay en el mundo. Así pues, el profesor suizo se molestó en decirle que si bien no estaba de acuerdo con la forma de actuar de Al Qaeda ni ésta era representante del sentir de la mayoría pacífica de los musulmanes, si podía explicarle las razones por las cuales muchos jóvenes se sumaban a la causa:
"Le pondré un ejemplo. En Egipto, estaban bajo la dictadura de Nasser, al que sucedió la dictadura de Sadat para concluir con un dictador aún peor que los anteriores. Todos ellos estaban apoyados por EEUU por lo que matar a Mubarak no hubiera servido para nada ya que EEUU hubiera puesto a otro dictador en su lugar y se hubiera repetido la historia, por eso decidieron atacar Nueva York. No digo que esté de acuerdo, sólo le explico qué es lo que pasa por la mente de esa gente que apoya la violencia en Occidente".
A continuación, por si había alguna duda al respecto añadió que esta postura era inaceptable islámicamente y que un musulmán solo puede hacer uso de las armas en legítima defensa y nunca iniciando él el combate.
El señor Bassets continuó con su lista de preguntas inteligentes: "¿El Islam apoya la conquista del mundo?". ¡¡Toma ya!! Ahí el entrevistado se quedó totalmente alucinado, con esa mirada tan llena de paciencia como quien se enfrenta a un hijo tonto. Sonrió y con la misma calma que mantiene siempre en todas las entrevistas en las que tíos con traje se dedican a insultarle, respondió. "Eso es tan estúpido como decir que el cristianismo es lo mismo que la Inquisición. La yihad es marginal y, por cierto, si atendemos a su mensaje, Al Qaeda no quiere islamizar al mundo sino liberarlo de la opresión occidental". ¡¡MashaAllah!! Cuánta verdad en pocas palabras. A veces me pregunto de dónde saca este hombre esa paciencia. Si es que se enfrenta a cada burro ilustrado que es como para sacarle a uno de sus casillas. En este punto de la conferencia ya sabía cómo iba a quedar el combate, la dialéctica ramadaniana iba a ganar por goleada pero antes debía enfrentarse a uno de los grandes del periodismo español que hoy en dia es como no decir nada. Me preparé psicológicamente: ablación, sharia, hiyab, sumisión de las mujeres.... La charla no iba a dar para mucho porque el entrevistador no iba a saber sacarle el jugo al brillante entrevistado. Sí, sí, lo sé, no soy objetiva pero.... si alguien se detuviera a analizar las formas gestuales y dialécticas de este "moro con pasaporte suizo" no habría nadie que no cayera rendido a sus pies por su innegable elocuencia, exquisita educación y paciencia infinita que, sin duda, le reportarán un lugar en el paraíso por su incansable lucha contra la islamofobia.
La siguiente pregunta fue del tipo ¿cómo puede hacernos creer que el Islam es una religión de paz si se ataca a quienes apostatan y nadie sale a defenderles? En este punto, el profesor aprovechó para criticar el papel de los medios, que se hacen eco de lo negativo mientras que silencian lo positivo: "hay muchas voces interesantes en el mundo musulmán pero el juego mediático sólo escucha las voces radicales y yo no encajo en ese estereotipo".
Pero sin duda, el momento más glorioso de la tarde fue cuando el plumilla, libro en mano, que parece que domina muchos idiomas, tradujo del inglés al catalán para que luego fuese traducido al francés, un párrafo del último libro de Ramadan ¡y no sólo lo tradujo mal sino que lo hizo con malicia! A lo que éste respondió con un amable: "yo no he dicho eso, déjeme leer el párrafo, usted ha traducido mal". ¿El desencuentro? Según Bassets, Ramadan abogaba por la creación de partidos islamistas en Europa cuando lo que, en realidad decía, en el contexto de la primavera árabe, es si era necesaria la presencia de partidos islamistas (en los países musulmanes) o si deberían haberse quedado en el paso previo, como agrupaciones o colectivos religiosos.....
Y es que, explicó, hay tantos tipos de Islam político como corrientes hay en el cristianismo: "No es lo mismo el Islam rigorista de Arabia Saudí, en el que las mujeres no tienen cabida en la política; que el régimen teocrático de Irán, donde la participación de las mujeres se ha multiplicado por cuatro con respecto a la época más aperturista del sha. Esa máxima que dice que cuanto más Islam político menos presencia femenina no es cierta. Occidente mira a Oriente y ve más hiyabs ahora que hace unos años luego concluye que eso quiere decir que hay más represión y eso no es cierto. En España las mujeres visten, según ustedes, con libertad y cobran menos que los hombres por desempeñar el mismo trabajo.....".
Podría continuar desgranando la sarta de tópicos a las que tuvo que hacer frente pero lo cierto es que ya estoy aburrida de escribir así que voy a sintetizar.
Mientras que para Bassets los musulmanes son una panda de fanáticos con doble rasero, machistas y que no tienen cabida en Europa, porque son los Otros, Ramadan reconoció que el mundo musulmán está lejos de ser idílico y que hay mucho trabajo por hacer pero que: ni Al Qaeda representa a los musulmanes, ni el Islam es una religión violenta, ni predica la recuperación de Al Andalus ni el hecho de llevar un hiyab es muestra de que tienes una neurona haciendo en eco en tu cabeza. "De hecho, son los jóvenes más preparados, los que están volviendo al Islam, porque tienen una lectura más profunda de los textos, porque comprenden mejor la esencia de la religión". También reconoce que hay mucho musulmán machista y que eso no quiere decir que el Islam discrimine a la mujer, sino que son las personas las que discriminan e interpretan con demasiado rigor o muy libremente lo que dicen los textos coránicos. Además, alhamdulillah, el Islam se ha convertido en una religión europea así que por mucho que el plumilla lo pregunte, no voy a tener que pedir asilo político en ningún país tercermundista y retrógrado para encajar en su patrón ni tampoco tengo que abandonar el trabajo para apoyar su tesis de que ser mujer musulmana es sinónimo de tener encefalograma plano.
Lo peor de todo, y con lo que concluyó la charla, fue la cara de Ramadan al hablar de Palestina. Se le ensombreció el rostro de tal modo que se diría que hubiera envejecido de repente al decir: "la idea de dos Estados es totalmente imposible hoy en día, lo ideal es crear un Estado donde quepan todos pero lo cierto es que no estamos ante dos víctimas, estamos ante un conflicto en el que unos oprimen y otros son oprimidos. Si en un conflicto entre un ratón y un elefante decimos que estamos a favor de los dos, está claro que vamos con el elefante".

domingo, 16 de diciembre de 2012

Guerras de ayer y de hoy

Estoy viendo Troya y mientras disfruto de la lucha entre Agamenón, Aquiles y Héctor, me acuerdo de la peli que terminé de ver esta mañana, "Paradise Now", una cinta árabe que retrata con crudeza la situación de los palestinos en los territorios ocupados. Al menos en la antigüedad, la lucha era más equitativa, cuerpo a cuerpo, sin excesivas sofisticaciones, con armamento pesado en ocasiones pero siempre viendo al enemigo. En Paradise Now los mártires se inmolan por desesperación, no son guerreros, no son soldados, son sólo jóvenes que no ven más salida a la ocupación que la de sembrar el caos entre los israelíes mientras esperan que Dios les libre por fin de aquel infierno. Y me acuerdo de mi profe, no me cuesta nada imaginarlo de guerrillero, tiene un aire a Hamid Karzai, una edad parecida y la misma porte alta y desgarbada de los pocos fenicios que conozco. Nuestra hora de clase comienza siempre tras el resumen diario de Al Jazeera sobre la situación de Siria pero él siempre entra con una sonrisa en clase, como si fuera capaz de dejar a un lado la preocupación que invade su ser desde hace ya demasiado tiempo. El otro día bombardearon el horno de su pueblo mientras una veintena de personas hacía cola para comprar el pan. Pan en tiempos de escasez y guerra. Mujeres, ancianos y niños. No me cuesta imaginarlo en la guerra, uno de tantos otros y, sin embargo, ahí está, tiza en mano mientras vive pendiente de una llamada o una noticia de su familia. Es curioso como a veces, una decisión tomada en la juventud, puede alejarle a uno de la guerra o dejarle, irremediablemente atrapada en ella. Él decidió venirse a España hace más de 25 años cuando las guerras no eran como las de hoy pero tampoco como las de antaño; cuando uno miraba al enemigo a la cara y, tras una dura batalla, le daba las buenas noches a la espera de la mañana siguiente. Cuando el honor aún tenía un significado.

martes, 11 de diciembre de 2012

Los pies en la tierra



Hay días en los que una se levanta con la lágrima fácil y hoy ha sido uno de esos. Un día en el que te preguntas de qué sirven tantos entretenimientos si no nos ocupamos de los verdaderos problemas. Un día en el que relativizas todo y das gracias a Dios por no faltarte de nada. Había visto el vídeo, de pasada. Nueva canción de Macaco, pensé. Pero es mucho más que eso, es un canto a la esperanza con los rostros reales del cáncer, una iniciativa solidaria que conmueve al más pintado. Ya ayer anduve tocada con este tipo de historias. Una mujer me gritó: "salam alekuuuummm" pero no me di por aludida. Me siguió a la cafetería donde iba a desayunar y volvió a repetirme el saludo. Tenía un aspecto corriente: mediana edad, pelo largo y rubio, un pañuelo montañero en la cabeza, una maleta y un atuendo de sport. Comenzó a hablar sola y, en un minuto, se montó su propio "speaker corner" y soltó un monólogo sobre política en catalán, cada vez que hablaba con alguien, lo hacía en castellano pero si hablaba sola en voz alta, lo hacía en catalán, ¡cómo es la mente humana! Más tarde, me ofreció un objeto pequeño, redondo, con la imagen de la Sagrada Familia en la parte superior: "toma, es un regalo". "Gracias, pero no es necesario". "¿No quieres un regalo mío?". "No es eso, es sólo que no tiene por qué hacerme un regalo". Lo abrió y pude ver que se trataba de un pastillero: "Llevas razón, será mejor que me lo quede, porque la que toma pastillas soy yo". Se sentó a la espera de su té y parece que se calmó un poco pero, tan pronto como vio a un joven policía local por el pasillo, salió corriendo a su encuentro "me alegro de verle agente, me tranquiliza verle pasear por aquí"....
Puede que sea un detalle sin importancia, algo que muchos pueden creer insignificante para un post pero... tras ver que la UE recibe el Nobel de la Paz este año y comprobar cómo en la tele, ajenos a la crisis, siguen invitándonos a consumir y "a gastarnos el dinerito en hacernos unos retoquitos", no puedo por menos que lanzar un grito desgarrador para que el mundo se detenga y retome un ritmo menos frenético.
Cuando el Nobel se lo dieron a Obama, no protesté, me dejé seducir por el mito de "la esperanza negra" y pensé que, tal vez, éste fuera diferente, un político con sonrisa franca no podía ser como los demás.... Pero es que lo de la UE ya no deja lugar a dudas, lo del Nobel no es más que un compadreo sin el más mínimo prestigio. Antes pensaba que era un premio valiosísimo, el sueño de cualquier científico o pensador pero... si somos capaces de auto-otorgarnos un premio por la paz, nada menos, cuando cada año Europa se enriquece, ¡y de qué manera!, vendiendo armas.... Es que ya ni vergüenza queda. El mundo parece estar tan podrido que ya ni siquiera hace falta guardar las formas. ¿El Nobel de la Paz? ¿Y qué hemos hecho contra la guerra? ¿Qué hemos hecho por Palestina? ¿Por Siria? ¿Por Líbano? ¿Por todos los pueblos oprimidos? El Nobel de la Paz.... tal vez la culpa no sea de ellos, sino mía, por perder de vista que el fundador de los premios fue un químico que inventó la dinamita...

sábado, 1 de diciembre de 2012

Marjaban ya Falastin


Handala ha ganado la batalla. Por fin, por primera vez, alhamdulillah. Anoche se celebró la votación en la Asamblea de la ONU para aceptar a Palestina como estado observador. Un estatus ridículo teniendo en cuenta que no se la considera estado miembro pero de vital importancia si atendemos al hecho de que por fin, a nivel internacional, se reconoce que es un Estado. Ahora el fin de la lucha está apenas un milímetro más cercana porque tal vez podamos reconocer que lo que se le está haciendo a los palestinos no tiene nombre, al menos no un nombre bonito, porque en Occidente no toleramos a los okupas del tres al cuarto pero sí bailamos al son del gran Okupa illuminati, de Israel, el pueblo elegido, el pueblo elegido para incordiar a todo el mundo, ya se sabe, chiquitito pero matón.
Ayer comentaba mi profe de árabe -el mejor docente con el que me he topado en mi vida- que está un poco desinflado y no tiene tanta energía como antaño para dar sus clases y aún así, vamos todos entusiasmados, nos enseña canciones, cuenta chistes y tiene humor hasta para comentar el varapalo eletoral del "mesías artúrico" de Uriolistán. Lamentaba la situación que atraviesa su país, Siria, y las terribles consecuencias que eso ha tenido sobre la población y, por ende, sobre su familia. "Están todos dispersos, perdidos por Europa y Oriente Medio, y mis hermanas están muy angustiadas porque mis sobrinos se han ido con los rebeldes y no saben donde están". Me acordé de Palestina. Esa pequeña tierra fabricante de terroristas en potencia. Y de Líbano. Y de Irak. Y de Afganistán. Occidente tiene la culpa de todo porque cuando pisoteas a la gente, llega un momento en que alguno se rebela y lo hace con la misma o incluso con más violencia de la que tú estás ejerciendo, visto que el aguante, la paciencia y la fe no parecen ser suficientes. Así que, todos deberíamos reflexionar sobre el hecho de que, viviendo en nuestras cómodas casas en el Estado del Bienestar, es muy fácil criticar la violencia y la desesperación pero cuando la situación se alarga, y el vecino mira para otro lado, no queda más que encomendarse a Dios y luchar por los tuyos ya que nadie va a venir a ayudarte. Entonces, y sólo entonces, la violencia se convierte en la única forma de defensa.
Handalá ha ganado la batalla con los votos en contra de nueve países: tres importantes (EEUU, Israel y Canadá), dos que no sé qué pintan en esta guerra (República Checa y Panamá) y cuatro islas perdidas (Nauru (13.000 habitantes); Palao (300 islas, 20.000 habitantes); Micronesia (cientos de islas, 340.000 habitantes); Islas Marshall (2 archipiélagos; 66.000 habitantes)) que, curiosamente, pertenecen a la órbita de EEUU o fueron ex colonias suyas y que, supongo que votaron en contra para hacer bulto porque....
Sea como sea, lo cierto es que hoy, Palestina es un poco más Palestina para el resto del mundo. ¿El fin de la violencia? Lamentablemente no creo que mis ojos lleguen a verlo aunque espero equivocarme.