No me creo nada. Pero, al menos, si estuviese ahí, tal vez podría aportar algo, pero desde la barrera, desde la barrera sólo puedo mirar y me aburro. Lo de ETA hay que cogerlo con pinzas, ojalá sea cierto pero... ¿qué ha cambiado con el anuncio? Seguimos como estábamos porque, por fortuna, estaban ya debilitados como para atentar semanalmente como antaño. ¿Por qué no entregan las armas? ¿Por qué el comunicado lo hicieron encapuchados? ¿Qué pasará si no hay acercamiento de presos? Demasiadas incógnitas como para lanzar las campanas al vuelo. Sobre Gadafi... supongo que no podía esperarse otro final, que después de tantos años de terror no podía esperarle una muerte más digna pero... ¿Qué pasará ahora con Libia?
Ayer, en una proyección bastante interesante de un documental egipcio, una tunecina alzó la mano para expresar su temor de que los islamistas llegaran al poder, como parece que ha sido tras las elecciones. Aguanté cinco minutos de soliloquio pero terminé marchándome, no me gusta el exceso de politización ni la demagogia barata, ni la demonización de los islamistas, como si la gente fuese a vivir bajo una dictadura similar a la que justo acaban de derrocar. Habrá que darles un voto de confianza ¿no? Al fin y al cabo, los laicistas pro-occidentales han demostrado ser unos tiranos, ¿no pueden acaso pensar que tal vez sigan los pasos de Turquía?
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