martes, 31 de julio de 2012

El seminarista olímpico

Fuente: www.elconfidencial.com
Tenemos un olímpico jugando en Londres que se sale de lo normal. Tras su amplia sonrisa y sus 27 años se esconde una vocación religiosa que le llevará a colgar las botas y el stick después de esta olimpiada para dedicarse por entero al sacerdocio católico. Hacía tanto tiempo que no escuchaba una historia de este tipo que no puedo dejar de estar perpleja. Obviamente no por el hecho de que crea en Dios y sienta la fe con una intensidad que la mayoría no ha sentido nunca sino porque eso le llevará irremediablemente a apartarse del mundo. Peor sería si se tratase de una monja, recluida en un convento en la mayor parte de los casos. Pero ver que un chico joven, en los tiempos que corren, que es deportista de élite, opte por un camino tan complicado me hace volver a la infancia, a cada comienzo de curso en el que, a la hora de la comida, protestaba ante mis padres por el hecho de cursar religión: "Pero no quiero. Es que la religión es un rollo. No lo entiendo. ¿Cómo puede ser Jesús, padre, hijo y espíritu santo al mismo tiempo? Además, es muy triste que los curas no se puedan casar. ¡Nunca! ¡No tendrán hijos ni familia! Yo no quiero una religión que obliga a algo así". Mis padres asistían impasibles a mis cantinelas y me matriculaban, año tras año, en religión al tiempo que me decían que no hacía falta que le diera tantas vueltas a las cosas, que simplemente tenía que creer en Dios y no romperme la cabeza con cosas que no tenían explicación. Supongo que esas dudas quedaron siempre en el fondo del cajón a la espera de ser solventadas y es por eso que, al conocer con más detalle el Islam, encontré la lógica que me faltaba. Claro que entiendo que este chico tenga una vocación religiosa, lo que jamás comprenderé es que para ello tenga que renunciar a tener una familia y dejar el deporte y hacer una vida mucho más austera y retirada por seguir su vocación de ayudar a los demás. Nunca he creído que Dios pueda exigirle a ninguno de sus fieles semejante peaje como muestra de su amor. Somos humanos y estamos hechos para vivir en sociedad, para crear lazos, para formar familias. Dios nos hizo así. No puedo aceptar la postura de la Iglesia católica a este respecto. No tiene ningún fundamento. 

martes, 24 de julio de 2012

Ramadán, el encierro de los demonios

Por fin empezó el Ramadán. Quinto día de ayuno de un mes especial para los musulmanes en el que, más que nunca, nuestras súplicas son atendidas. Una cosa que me encanta, aparte del hecho de compartir las comidas con otras musulmanas, es la sensación que te deja el hecho de no comer ni beber durante 17 horas. ¡Ahí es nada! Cierto es que hay momentos en que el hambre o la sed te acechan pero, ya véis, nadie se muere. Sin embargo, a cambio de tal sacrificio, y teniendo en cuenta que sigues trabajando y, por lo tanto, duermes menos de lo habitual, la recompensa se palpa desde el primer instante. Una paz te invade, es como si nada de lo que pasase te pudiera afectar, como si el tiempo se detuviera y tú estuvieses al margen de todas las maldades del mundo. En mi caso, no sólo siento una paz inmensa sino que siento que, a pesar de la debilidad, soy más fuerte que nunca. No sé si mi fe ha aumentado en los últimos meses hasta unos niveles que ni sospechaba pero lo cierto es que a pesar de las adversidades varias, siento una confianza que no puedo describir. Es como si supiera que Dios me escucha y tiene todos mis asuntos listos para resolverse a la vuelta de este mes. Decía el domingo el sheij Mahmoud que éste es un mes especial en el que Dios encierra a los genios, a los demonios, a esos seres destinados a susurrarnos y avivar nuestros más ocultos temores y que, por lo tanto, todo es posible en este mes ya que, libres de las influencias de estos demonios, somos más auténticos que nunca. Nada de lo que hagamos durante este mes puede atribuirse a nada ajeno a nosotros por lo que cualquier maldad que ejecutemos, por pequeña que sea, vendrá exclusivamente de nosotros. Igualmente, aquellos que durante el año ven encendidos sus miedos por los susurros de estos secuaces del Shaytan, se verán libres para tomar decisiones por sí mismos. Por fin verán un horizonte límpido y claro y serán capaces de actuar para alcanzar ese futuro que tanto ansían y que tanto miedo les da vivir. El mes de Ramadán es el mes de la pureza del alma, el mes en el que precisamente las privaciones de ciertos placeres durante las horas de luz hacen que tengamos más tiempo para reflexionar, que tengamos los sentidos más a punto, la mente más clara, centrada en lo que de verdad tiene que estar, en seguir el camino que nos lleve al Paraíso y nos evite el Infierno, en encontrar a la persona adecuada para hacerlo en compañía y, cuando la tengas, no dejarla escapar bajo ningún concepto. ¡Ramadan mubarak!

lunes, 23 de julio de 2012

El éxito y la confianza

Hace quince días asistí a una interesante conferencia de un psicólogo saudí en la que desgranaba cómo la clave del éxito estaba en la confianza en uno mismo. Confianza que debe asentarse sobre una lista de factores que puede ser muy larga y que él fija en 25. Vaya por delante que nunca había visto a un saudí en persona por lo que mi imagen de cómo son los oriundos del país más grande de la Península Arábiga, se ceñía a la vista por televisión: atuendo del Golfo, larga barba, mente un tanto opaca, escasa emotividad.... ¡Vamos que tenía el saco bien llenito de prejuicios! La sorpresa se produjo al primer instante. Un hombre de unos cincuenta años, sonriente, vestido a la manera occidental con una barba bien cuidada y unas inagotables ganas de hablar y transmitir su conocimiento. Fueron numerosas las ocasiones en las que el intérprete hubo de pedirle que se detuviera para poder traducirle porque se emocionaba hablando del tema y se olvidaba de que la mitad del auditorio, como mínimo, no podía seguir su discurso en árabe.
En suma, lo que proponía era que: sólo si tenemos confianza en nosotros mismos, podremos lograr todo aquello que nos propongamos, no importa cuán difícil sea. Todo es cuestión de fe y perseverancia. A simple vista podría parecer una idea de perogrullo pero lo cierto es que son muchas las personas que se sienten frustradas por no conseguir aquello que desean. Sólo por citar algunos de los 25 puntos que el sheij Abdelaziz bin Ahmed al Othman planteó, podemos hablar de: 1) La confianza en Dios, si creemos que Dios nos escucha, nos atiende, nos cuida y que nos recompensará en esta vida y en la otra, adquirimos, como mínimo, una tranquilidad que nos permite perseverar en nuestro objetivo y alejarnos de la desesperación; 2) Experiencia, está claro que el tener conocimientos en una determinada área nos proporciona una seguridad que nos permite plantearnos objetivos cada vez más altos; 3) Aprender de los errores, perseverar en nuestro objetivo y no permanecer anclado en el pasado sino mirar fíjamente al futuro; 4) Deshacerte de las paranoias, sí, sí, tal cual, con este término se refería el sheij al hecho de que en la mayoría de los casos nosotros somos nuestros mayores enemigos al convencernos de que no seremos capaces de lograr tal o cual cosa porque otros no han podido o porque vemos demasiadas dificultades (sin gente capaz de lanzarse a abrir nuevos horizontes, la humanidad nunca hubiera construido una rueda o hubiera descubierto el fuego y desde entonces, hemos avanzando un poquito....); 5) Ser paciente y perseverante, no flaquear ante las adversidades, tener fe en tí mismo y en tus capacidades; 6) Relacionarte con los demás, ya que siempre que conoces a alguien nuevo, de fuera de tu entorno, te aporta ideas nuevas.
En realidad, parece sencillo pero muchas veces nos cuesta un horror quitarnos de encima esos lastres que minan nuestra visión de futuro y nos alejan de la felicidad. Ya sea en el trabajo, en la salud o en el amor, constantemente nos enfrentamos a situaciones que nos dan miedo y son muchos los que prefieren echar el freno y regresar a la confortable y anónima masa antes que ser pionero y abrir un nuevo camino por miedo a elegir el sendero equivocado.
Le hubiera regalado esta charla a tanta gente.... fue realmente interesante, por un lado por tener la oportunidad de tumbar otro estereotipo más sobre los saudíes o los árabes, en general, y por otro, por tener el privilegio de escuchar a alguien que te enseña a tener éxito sin necesidad de libros de autoayuda o gastos absurdos e inútiles, por demostrarte que tú eres tu mayor aliado pero también tu mayor enemigo a la hora de alcanzar retos.

Como colofón..... me quedo con una frase de Mandela que viene muy al hilo de este post:

"Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre el miedo. Un hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino aquel que lo conquista".


jueves, 19 de julio de 2012

Reflexiones pre-ramadanianas

Mmmmm, se acerca el Ramadán y eso se huele en el ambiente. La estación amanece hoy abarrotada de hiyabis cargadas de maletas. O seré yo que me fijo más que en el resto. Acabo de tomar un café con mi independentista euskaldun favorita y me ha contado algo muy interesante. Congreso Vasco de Sociología. Bilbao. 2012. En la mesa de inmigración una socióloga atea da un toque de atención: "Las religiones van a ser el foco de la sociología de los próximos años y nuestro reto es saber gestionar las necesidades que de ellas se derivan". A pesar de no creer en Dios, esta joven madre se plantea como un problema el que su hijo, con tanto laicismo anticatólico e islamófobo sobre la mesa, no sepa absolutamente nada sobre las religiones y crea que su amiguito tiene una madre monja en lugar de musulmana. Y es que ya no sé si llamarlo ignorancia, miedo o desinterés pero el hecho es que la mayoría de los españoles, y de los europeos, considera que las religiones están acabadas, que no tienen lugar en la era tecnológica y ciberespacial y que son cuatro los que deciden someter su voluntad al mandato divino cuando.... en realidad, el mundo es mucho más grande que Europa y la tendencia es exactamente la contraria. Constantemente vemos en la televisión, movilizaciones ciudadanas en contra de la construcción de mezquitas cuando nadie se queja de los locales de culto de los evangelistas o de los budistas o de los mormones que, sobre todo en verano, recorren nuestras calles vestidos de blanco y negro con una corbata y una chapita en la solapa del bolsillo en la que dice: "brother Thomas". Y yo me pregunto, ¿qué es lo que nos molesta tanto? ¿Acaso alguien cree que la construcción de una mezquita va a suponer que todo el mundo tenga que hacerse musulmán? ¿O que va a ser un lugar de adiestramiento de fabricantes de bombas caseras? Comprendo que la gente no quiera saber nada de "los otros" pero no entiendo qué es lo que tanto les molesta. No veo yo que nadie se manifieste a favor del cierre de una iglesia...
En fin, hoy es la "Noche de la duda". La noche en que sabremos si mañana empieza el mes de Ramadán o no. Estoy ansiosa. Por dejar de comer, sí, aunque parezca absurdo.