miércoles, 28 de abril de 2010

Miedos primaverales

La primavera parece que por fin llega a este rincón de España, comienza a hacer calor y mi humor comienza a resentirse por ello. Me siento como un globo, hinchado pero, al mismo tiempo, perdiendo aire, energía. Llevo aquí poco más de tres meses y empiezo a temer quedarme para siempre. Ya sé que me precipito, que me agobio sin motivo, que apenas acabo de llegar. Pero eso no importa, es mi naturaleza quejica la que habla, la que teme quedarse anclada en la comodidad de un trabajo estable y que eso le pase factura. Ya sé que, al final, uno es dueño de casi todas las circunstancias que gobiernan su vida, que si las cosas fluyen por unos determinados derroteros, seguramente, será porque yo misma lo haya decidido así pero no puedo evitar pensar que tal vez Murphy haga de las suyas y me ate aquí para siempre. Sé que éste no es mi sitio, así lo siento. Pero también sé que, en algún momento, tendré que dejar de moverme, tendré que dejar la alfombra mágica a un lado y continuar con mi vida. Supongo que, en realidad, lo que verdaderamente me aterra es que todos los castillos que construyo en el aire, esos que nadie comprende, se vengan abajo pero, cuanto más aprendo sobre estructuras, infraestructuras y pilotes, más me doy cuenta de que mis castillos, aunque diferentes a la mayoría, son auténticas joyas de la arquitectura de vanguardia, el auténtico futuro.

jueves, 22 de abril de 2010

Demagogia

No cambiamos. No pensamos. No actuamos. Nos dejamos llevar como corderitos por el pensamiento colectivo. ¿Para qué gastar energía? Con lo bien que estamos preocupádonos de la vida de los famosos o, simplemente, de la de la vecina del quinto. Con lo bien que estamos alienados con los programas de la tele, con los videojuegos, con las revistas de cotilleo. ¿Un libro? ¿Qué es eso? No, si yo sólo veo los documentales de La 2. Mentira. Somos cotillas, dementes con encefalograma plano. ¿Que me dicen que hay que expulsar a los inmigrantes?, pues creo un foro en Facebook apostando por la resurrección del Ku Klux Klan. ¿Que alguien dice que ha oído que Irán tiene armamento nuclear para destruir todo el planeta?, pues apoyo a Israel que es el único que se atreve con esos fanáticos. ¿Que el orden mundial no me gusta?, pues lo hago más divertido haciendo que dos se peguen ante mis narices mientras yo les proveo de armamento. A una escala mucho más pequeña, lo de Nawja es algo así. Se trata de demonizar a los musulmanes, esos hombres y mujeres que osan rezar a un dios que llaman Alá y que no sabe nada de ninguna Virgen María. Estoy harta del pañuelo. Claro que nos resulta llamativo, no es parte de nuestra cultura y lo vemos como algo raro pero ¿por qué nos centramos en prohibirlo en lugar de plantearnos otras cosas? ¡Ah, claro! Es que como ellos, en sus países, nos harían lo mismo... Esto me suena a eso de: como Franco no nos dejaba hablar en nuestro idioma... Toda la vida las gitanas de mi pueblo llevaron melenas interminables y faldas largas y amplias. No iban al instituto y mucho menos a la universidad, casi ningún chico lo hacía tampoco. No eran como los demás, no se integraban, pero nadie hacía campañas de desprestigio contra ellos y eso que no eran católicos sino evangelistas. A nadie se le ha ocurrido prohibir la existencia de los Testigos de Jehová, que tienen sus propios templos de culto y se niegan a recibir transfusiones de sangre y, lo que es peor, a que sus hijos las reciban. Creo que en ningún instituto requisan esos horribles rosarios de plástico que los adolescentes más chusquerillos portan habitualmente. Tener mala educación, lamentablemente, no está multado. Y, sin embargo, hacer visible que eres creyente de una religión, bueno, que no eres creyente de "nuestra religión", es una amenaza global insoportable. No importa si esas niñas están integradas en el colegio, si tienen un buen expediente académico, no importa si son discretas y disciplinadas, ni tampoco importa que su estabilidad familiar sea la adecuada. Eso son minucias. Lo realmente grave es que no llevan la cabeza al descubierto. Aquí hay sitio para todos. Nadie está imponiendo nada. No podemos regular todo hasta el delirio, basta ya de tanto paternalismo. ¿Por qué no se dedican a mejorar las prestaciones sociales? ¿Por qué no ponen más mediadores en los colegios? ¿Por qué las medidas de protección a las mujeres maltratadas no funcionan? ¿Por qué tratar de adoptar un niño es más difícil que matar a alguien? Parece que nadie se pregunta esto porque, total, son cosas invisibles. Nadie va con su patética pensión tatuada en la frente, ni las asociaciones de padres entienden la presencia de los psicólogos en los colegios, ni conocemos a ninguna mujer maltratada hasta que no aparece muerta, ni las personas que tratan infructuosamente de adoptar salen a la calle a quemar contenedores y pegar gritos para que les dejen ser padres. Entonces, no me creo lo que no veo. No hay amenaza hasta que algo no encaja. Si algo no me gusta lo prohíbo, no importa nada más. Son el enemigo, no son personas. Y ya se sabe, al enemigo, ni agua.

lunes, 19 de abril de 2010

Nubes negras


Éste es Ando Masahashi. Es el fiel escudero del gran Hiro Nakamura aunque en la cuarta temporada de Héroes adquiere algo más de protagonismo con la adquisición, por fin, de una habilidad: la de recargar los poderes de otros. Y eso es precisamente lo que yo busco, recargar las energías que me permitan continuar aquí con la mejor cara posible aunque sea gracias a muecas tan absurdas como ésta. La próxima semana empiezo mi curso intensivo de “normalización lingüística”, con sólo pensarlo me entran los siete males. ¿Por qué tengo que preocuparme yo por aprender un idioma que mi empresa ni me ha pedido explícitamente ni tampoco me ha facilitado? Pero bueno, supongo que éste es el menor de mis males. Debería ponerme ya a cambiar de actitud, a no aborrecer a las mentes simples que me rodean y que, una vez pasada la novedad, comienzan a antojárseme insoportables. Debería hacerlo pero necesito regodearme aún más en mi nubenegra, necesito saber que sigo siendo yo a pesar de todo, que todo va a ir mejor aunque ahora vea nubarrones y un sol demasiado espléndido como para alegrarme la mañana. A veces desearía tanto ser igual de simple que todos aquellos que son tan planamente felices... ¡Nah! No es cierto. Si llevara la vida que llevan, pensando como pienso ahora, sería aún más quejica. Este vikinguismo inconformismo acabará matándome, lo sé.

jueves, 15 de abril de 2010

Vivir en el Este

Un hijo que reniega de sus padres pero aprovecha cualquier descuido para coger todo lo que tienen, para vivir su vida sin ellos pero a su costa. Otro que te corrige los topónimos porque le recuerdan a los tiempos del Nodo. Un tercero que dice que ser del equipo de fútbol local es su religión, el motor en torno al cual articula y organiza su vida. ¡No puedo con tanta necedad cosmopolita! Me enerva el olor a suciedad que desprenden estas calles modernistas, no soporto que perrofláuticos cánidos viajen a mi lado como si de ilustres pasajeros se tratasen, no entiendo que nadie sepa utilizar las escaleras mecánicas, que no se guarden las colas, que se empeñen en vivir en la Torre de Babel. “¿Echas de menos?”, dice con una sonrisa bobalicona. “Echar de menos es bonito. Yo también echo de menos porque aunque ella vive en un pueblo cercano es tan duro cuando estás enamorado...” ¡Mamma mía, lo que hay que oír! Los hay que no saben lo que dicen. ¡Cuánto mal hace a la gente la falta de viajes, de conocimiento ajeno!
¡Claro que echo de menos! Echo de menos la capital del reino. Más cuanto más me dicen que salir de aquí es imposible, que la condena es mucho más larga de lo que uno piensa nada más llegar, que lo único plausible para no morir en Uriolistán del Este es trazar el plan de huida perfecto. Echo de menos a mi gente, esa a la que no le tienes que contextualizar tu vida para que te entiendan. Echo de menos gentes más cálidas, tierras más bellas, paisajes lejanos, príncipes exóticos, lenguas más cercanas. ¡El Nodo! Cuanto complejo suelto por estas latitudes...

jueves, 1 de abril de 2010

El mundo en que vivimos

Los servicios secretos argelinos han detenido a un israelí husmeando por su territorio con un pasaporte falso. El sujeto en cuestión ha sido pillado con documentación falsa y cometiendo además otro delito, el de entrar en un país que tiene prohibida la entrada a cualquier ciudadano de Israel. Pero es que, para más inri, el susodicho llevaba un pasaporte español y, claro, después de lo acaecido en Dubai la cuestión no es precisamente baladí. Entre el Mossad y el gobierno ruso, que ha prometido a sus conciudadanos que aniquilará a los responsables del atentado de esta semana en el metro de Moscú, estamos aviados. Los israelíes porque son intocables para todo el mundo occidental y los segundos porque tienen capacidad de veto en la ONU y son miembros del G8. A veces me da miedo el mundo en el que vivimos.